Hace pocos días, Don Luis García Miró -En su leída columna que publica en el diario Expreso-, reclamaba a los gremios empresariales mayor firmeza frente a la grave situación que vive el Perú.
Qué lejanos los días en que había líderes que le plantaron cara al Velascato, como Raymundo Duharte en su calidad de Presidente de la Sociedad Nacional de Industrias; Francisco Pardo Mesones que se atrincheró en el Banco Mercantil para oponerse al intento de estatización de la banca o el empresario Julio Favre que combatió al terrorismo en el Norte Chico.
Es cierto que hubo muchos más con palabras y actitudes ejemplares de civismo y patriotismo, pero los hubo también quienes se arrodillaron al poder de turno a cambio de granjerías o por cobardía. ¿O acaso nos hemos olvidados de los llamados “12 Apóstoles”?
Para aquellos que creen que con el comunismo se puede “negociar”, acordémonos del empresario minero David Armando Ballón Vera, secuestrado, maltratado, torturado cruelmente y luego asesinado cobardemente por el MRTA o si miramos afuera, no olvidemos a los ingenuos que “negociaron” con los criminales de Fidel Castro y con Hugo Chávez. ¿Cómo acabaron?
Lo que vivimos no es de ahora ni de anteayer. Recordemos cómo algunos empresarios apoyaron la algarada comunista que acabó con la renuncia del Presidente Merino de Lama. Tampoco olvidemos que como una ola maldita otros se empeñan en no fomentar Valores y Virtudes sino todo lo contrario. Frente a ellos se planta Erasmo Wong, ejemplo de valentía y consecuencia. Es momento de hablar y de no callar cobardemente.
Los empresarios y sus gremios deben recordar que solo en un país democrático podrán trabajar libremente y si se empeñan en callar o transar por debajo de la mesa, más pronto que tarde el comunismo barrerá con ellos. Quizás muchos de ellos podrán irse a otros países pero dejarán detrás de ellos un país esclavizado. La Historia no olvidará ese baldón.
Aquellos que cual tontos útiles creen que “deben unirse” con el comunista Castillo porque es “provida” tampoco deberán olvidar que jamás un comunista es provida. A lo largo de su historia han dejado tras si millones de muertos. ¿O acaso se han olvidado de los crímenes de Stalin, Mao, Pol Pot, Castro, Chávez o los de Guzmán y Polay?
Alertamos pues a aquellos que dicen que “no nos preocupemos porque no se ha expropiado nada” . Ah..¿Sí? No ha sucedido ello aún porque no han podido. Alerta pues “hermanos evangélicos”, no sigan el mal ejemplo de Castillo y Barreto, garantes del desmadre castrochavista al que siguen “bendiciendo” vía una farsa representada en un Castillo arrodillado en la Catedral.
A un comunista se le debe tener de rodillas solo para que escuche su sentencia con la que pague sus raterías y crímenes.
El futuro del Perú no puede depender de cobardes ni de cómplices del comunismo.
Imagen referencial, PCM vía WhatsApp, reunión de Castillo con AFP