Ricardo Escudero #MinutoDigital Perú.- Pocas veces en la historia del Perú hemos asistido a la triste constatación de lo que significa un gobierno marcado por la estela del odio, el resentimiento político y la venganza gratuita.
La maldad ensimismada hecha vocero oficial en un país, es el resultado de décadas de malformación ciudadana, pérdida de conciencia cívica y apetitos por cualquier miseria de poder.
Asistimos menciono, porque nos toca a todos el vivir tentados o temidos con el odio.
No hay espacio para estar al medio, te exigen tomar una posición; lo que tratan es que te alinees con un bando, con una banda que tiene en los medios de comunicación -por un lado- y en varios grupos políticos -por el otro- el tira y afloja del enfrentamiento diario, semanal, diurno, nocturno, laboral, empresarial, artístico, deportivo, religioso, vecinal, patronal, de barrio, de familia incluso.
Los titiriteros están en los extremos y no se trata de izquierdas o derechas, sino de bandoleros.
Al encender un canal de televisión es notoria esta manipulación para lograr silencio y sumisión en la ciudadanía. Silencio y sumisión para aceptar “militantemente” y silencio y sumisión para no protestar “opositoramente” (paradójico y cierto).
Fíjense un dato: Luego de 30 mil fallecimientos por el Coronavirus, recién se habilita un hospital para medicina crítica. Luego de 30 mil decesos, recién van a llegar los equipos de ventilación necesarios. Luego de 30 mil muertes, las familias siguen sufriendo el olvido y el abandono oficial.
¿Cómo nos mienten los del odio? En ningún medio lo vas a leer: De 30 mil fallecidos, se calcula que entre viudas / viudos, huérfanos y padres dependientes económicamente de sus hijos, tenemos cerca de 100 mil afectados, 100 mil víctimas.
¿Y el gobierno, con la inmensidad de programas sociales que se sostienen con millonarios presupuestos y miles de burócratas, los está cubriendo, protegiendo, apoyando en algo?
Más de 100 mil peruanos están abandonados y tienen un drama que es obligatorio atender, pero para el gobierno, para el gabinete del odio, los negocios están por encima de lo humano.