Estaba en Roma el año 1972 cuando el Papa Paulo VI advierte de la presencia de Satanás dentro de la Iglesia. Me encontraba yo en el Colegio Romano de la Santa Cruz escuchando a San Josemaría Escrivá que nos advertía para no dejarnos llevar por el príncipe de la mentira.
El Fundador del Opus Dei, con una pedagogía admirable, nos aconsejaba sobre las lecturas, haciéndonos ver que no podíamos leer cualquier libro, incluso algunos que tenían autorización eclesiástica, porque estaban llenos de herejías.
Sus advertencias las transmitía en un clima familiar donde reinaba la paz y la alegría, porque estaba convencido que el Espíritu Santo asistía a la Iglesia y nos pedía rezar para que pasaran esos momentos que, calificaba como “tiempos de la prueba”; con muchos ánimos nos decía que después del invierno llega la primavera, y para que conociéramos bien lo que estaba pasando, nos aclaraba diciéndonos, en qué consistían esas desviaciones, de algunos miembros de la Iglesia, en temas de moral y de doctrina.
Tenía un amor grande por la Iglesia y por el Papa
Se notaba en el modo de decirnos las cosas, un amor grande a la Iglesia y al Papa. A mi me dijo en concreto, después de una tertulia y mirándome a los ojos: “Si de lo que el Padre ha dicho esta mañana, tú sacas el propósito de rezar más por la Iglesia y el Papa, tú habrás hecho una buena cosa y yo habré cumplido con mi misión”
Siempre nos advertía, para que no dejáramos de luchar, porque el demonio no se toma vacaciones y ataca por la espalda, hasta en los mejores momentos.
Los que se apartaron del camino correcto
Sin hablar mal de nadie nos hacía ver cómo habían caído obispos, sacerdotes y teólogos en graves errores contra la doctrina que nos enseñó Nuestro Señor Jesucristo y que forma parte del Magisterio de la Iglesia, para ser enseñada en todos los tiempos.
Cuando el Papa Paulo VI comentó que “el humo de satanás ha entrado por las rendijas” se refería a un grupo eclesiásticos importantes, que apoyados por falsos teólogos, estaban enseñando herejías y pretendían hacer reformas en la Iglesia con la excusa de llegar a mucha más gente, porque así lo decían los “signos de los tiempos”.
Ideologías con errores doctrinales
Esta pretendida reforma que fue apoyada por la teología de la muerte de Dios y por la teología de la liberación, causó una debacle en la Iglesia, se cerraron muchos seminarios, varios sacerdotes y religiosos abandonaron su camino de entrega y se cometieron muchos abusos por la desacralización que hubo en aquellos años: se vendieron objetos litúrgicos, se quitaron imágenes de varias iglesias y se pretendió eliminar costumbres cristianas tradicionales.
San Josemaría al ver que muchos sacerdotes ya no enseñaban el catecismo y que habían perdido la gravedad sacerdotal, viviendo de cualquier manera, sufría mucho y lloraba: “se me pusieron malos los ojos… decía… y tuve que ir al oculista”
Nosotros, que éramos muy jóvenes, gracias a San Josemaría podíamos darnos cuenta de lo que estaba ocurriendo en la Iglesia, en aquellos años difíciles del postconcilio. Lo nuestro era rezar y seguir rezando sin parar y con una gran paz, para lograr, en la medida de nuestras posibilidades, una civilización donde pueda reinar Dios, Nuestro Señor. La ansiada y acariciada civilización del amor que era el sueño de dos grandes santos: San Josemaría y San Juan Pablo II.
Los errores del post concilio
El Concilio Vaticano II fue maravilloso, pero los enemigos de la Iglesia pretenden utilizarlo para introducir errores contra la doctrina y la moral. Se quiso democratizar la Iglesia para que sirviera a intereses políticos. El enemigo siempre está al acecho sembrando odio y confusión para que los hombres se dividan y se peleen.
Como siempre nos queda rezar por la Iglesia, con más fe en el enorme poder que tiene la oración. Con la oración lograremos salvarnos y salvar a los demás, Hoy, tal vez más que nunca, la barca de Pedro, necesita de nuestras oraciones.
Tenemos además una gran protectora y defensora que es la Virgen María. Que todos podamos decir lo que de una manera contundente afirmó San Juan Pablo II: “La Virgen lo conseguirá”.
Referencias a tener en cuenta:
“Por una grieta ha entrado el humo de Stanás en el Templo de Dios”, Paulo VI, el 29 de Junio de 1972, 10mo. aniversario de su Pontificado.
“Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en poder del maligno” (1 Juan, 5,19)
“Quien está unido a Jesucristo por el Amor, no se dejará nunca engañar por un manejo fraudulento de la Escritura Santa, porque sabe que es típica obra del diablo tratar de confundir la conciencia cristiana, discurriendo dolosamente con los mismos términos empleados por la eterna Sabiduría, intentando hacer —de la luz— tinieblas” (Texto perteneciente al punto 63 del libro ‘Es Cristo que pasa’ de Josemaría Escrivá de Balaguer, en el capítulo ‘La conversión de los hijos de Dios’).