El desastre de país que se está viendo desmoronar hace más de un año, no tiene precedentes en la historia. Esta calamidad provocada tendrá efectos por largo tiempo si es que no se ordena una agenda para el cambio y un compromiso para la reconstrucción democrática. Quienes no tengan claro esto, se encuentran contribuyendo a un escenario de mayor perjuicio.
Veamos por ejemplo un dato que no se pone en el debate: la deuda pública ha crecido más de diez por ciento en apenas un año, sin contar aún los meses de julio a octubre. Lean bien esto que acabo de mencionar porque al 30 de junio 2022, la deuda pública bruta ascendió a S/ 310,292 millones de soles (equivalentes a US$ 81,016 millones de dólares) superior en 10,6% al mismo periodo del 2021. ¿Lo sabían?
De este total, los denominados Bonos soberanos -que pagarán tus hijos y nietos- son el 43,2% del total. Entonces, la primera pregunta que nos hacemos todos es: ¿Y en qué se usó ese 10,6% adicional de deuda?
Como primera respuesta puedo afirmar que ni un solo centavo está referido a temas de salud, educación, agua o agricultura, para citar solamente estos cuatro rubros que claman por inversión productiva pero siguen en el olvido total. No se usaron en la pandemia del virus de la ignorancia, ni en las otras pandemias estructurales de no tener hospitales para atender sobretodo a los niños con cáncer o a la larga lista de ancianos que claman por respeto a sus vidas dejadas de lado. No se atendió las urgencias de construcción de reservorios de agua en los campos, refugios para el friaje y apoyo a los agricultores cuyas siembras se han vuelto polvo y tierra seca.
Un país que va a la deriva en su economía, maltratando a la agricultura y la minería, pésimamente dirigido, obsesivamente enfrentado a diario, ¿Va a reconstruir su camino en unidad cuando salga el actual presidente y lo reemplace sabe Dios quien? ¿Así de fácil es todo? No, no va a ocurrir eso, porque no existe una coalición política por la reconstrucción de la democracia, porque no existen liderazgos hacia un entendimiento necesario que incluya muchas voces y muchos rostros que rápidamente actúen en base a un plan de acción común que no se está trabajando, porque todos quieren ser los protagonistas en esa especie de tinka electoral donde nadie compra su ticket, porque se creen bendecidos por la suerte.
Es urgente que se organice una Mesa por la recuperación de la Institucionalidad y que allí estén los que tienen que estar (nada de Acuerdo Nacional por si acaso). En esa Mesa se tiene que armar un proceso secuencial de gobierno donde no existan candidatos sino dirigentes para el país y sobre esa base, hablar luego de elecciones, que no son lo urgente, aunque sean una prioridad constitucional.
El país merece voces de liderazgo y conducción. Y esas voces hay que hacerlas fuertes para que sean consecuentes y no se alimenten de ambiciones electorales.
Nota de Redacción: publicado simultáneamente con www.vozpopulialdia.com