Ha pasado casi un año y medio desde que la humanidad de pronto cambió inexorablemente. Un virus llegado de la China trajo dolor y muerte.
No es mi intención buscar explicaciones ni razones sobre la importancia de estar vacunado o si habrá una tercera ola; simplemente porque no conozco sobre el tema.
Lo cierto que este virus ha causado una gran crisis no tanto por sus consecuencias sino porque el infortunio hizo que gobiernos incapaces hayan estado dirigiendo los destinos de nuestra Patria en este tiempo.
Tanto el vizcarrismo golpista, el caviaraje presupuestívoro y el proyecto comunista castrochavista son los responsables de lo qué pasa en nuestro Perú.
El miedo es el arma – asociada a la crisis- con que ahora se intenta sofocar la creciente protesta ciudadana que reclama por Libertad y Democracia. Ya hay rumores de un nuevo encierro y también el uso de instituciones científicas para “pronosticar” un terremoto grado 8.8.
Sin embargo el proyecto comunista de pronto ha pisado tierra y se ha dado cuenta que no son los “winners” que se creían y menos que la “revolución ” está a un paso.
Afortunadamente la prensa ha abierto los ojos y la ciudadanía honesta informa sobre “los CV” de aquellos que pretenden gobernarnos y no solo eso, sino también de sus pasados vergonzantes en los que se mezclan relaciones sangrientas, deudas y demás “perlas”.
La caída del “Canciller de la Muerte” es un duro golpe. A 48 horas de ello aún no hay reemplazo e incluso el Primer Ministro (sic) podría ser que pronto sea parte del osario de NNs que alguna vez se pusieron fajín.
Veremos qué pasa en estas horas. Sin embargo cabe decir que cualquier cambio será maquillaje.
El Perú ya no reclama nuevos “menestrones” sino que el ilegal e ilegitimo regrese a su escuela rural a trabajar, después de varios años.
El Perú necesita gestores eficientes y honestos que luchen contra la crisis económica, social, sanitaria y la inseguridad.
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