En el Siglo XX, países en desarrollo del Hemisferio Occidental, pedían ayuda a los Estados Unidos para luchar contra la amenaza comunista. Los que no tuvieron guerra de guerrillas (conflicto armado interno, guerra de baja intensidad o cómo lo quieran llamar), pedían ayuda de los gringos para temas de democracia, comercio, educación, etc.
Los que sí tuvimos conflicto armado incluimos a esa ayuda la del Ejército para luchar contra la insurgencia. Era ayuda de verdad. Substantiva y real. Las condiciones eran que nuestra región cimentara las instituciones democráticas y que lucháramos contra el comunismo.
En este Siglo XXI las cosas han cambiado. El 60% de la ayuda que se envía es para las Organizaciones No Gubernamentales, cuando menos. Las famosas ONGs, si bien existen algunas que sí cumplen lo que dicen en el buen sentido de la palabra y apoyan temas de salud y educación real (no adoctrinamiento), la gran mayoría se dedican a diseminar ideas globalistas, socialistas y progresistas (que no es lo mismo que progreso) en todos nuestros países.
Este es el momento en el que el despertar de la identidad nacional debe surgir con fuerza en todo el Hemisferio. Cada uno de nuestros países tiene problemas, sin duda, pero todos tenemos las herramientas para limpiar nuestra propia casa nosotros mismos. Viendo los ejemplos de Ecuador o Uruguay tenemos claro que los pueblos inician a entender y atesorar su libertad.
La ayuda que la Administración Biden-Harris ofrece a nuestros países está encaminada a varios temas y sumamente condicionada:
- Dicen que quieren luchar contra la corrupción, pero viendo casos como Colombia o Guatemala, vemos que apoyan a los corruptos de izquierda. Es decir, pretenden combatir la corrupción sólo de un lado y usar esa bandera para castigar a sus opositores ideológicos. La herramienta principal es la politización de la administración de justicia que vemos claramente se aplica en los mismos Estados Unidos y que se llama Lawfare.
- Dicen que quieren combatir el narcotráfico pero al apoyar a los corruptos de izquierda apoyan a las narco-guerrillas que han llegado a controlar regiones enteras de nuestros países. En Guatemala, por ejemplo, desde los tiempos de Obama-Biden al Ejército se le cuasi prohibió defender las zonas del altiplano. Hoy en día hay en Guatemala más de 2000 fincas de todo tamaño invadidas. Invadidas por grupos “indígenas” muy bien armados que destruyen plantaciones para hacer pistas de aterrizaje para el narco.
Cabe preguntarse cómo es posible que en Guatemala, donde el ejemplo de Cicig (Comisión Internacional Contra la Impunidad) estuviera aproximadamente 12 años dominando la vida nacional, creyéndose por encima de la Constitución, adjudicándose prerrogativas por encima de los 3 poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y haya sido durante su mandato que resurgió Guatemala como país productor de droga. Es decir, cuando ese experimento de intromisión y abuso internacional fue impuesto en Guatemala, el país era zona de trasiego, no producción.
Salió la entidad y somos nuevamente productores de droga. Justo en las zonas dónde al Ejército se le prohibió entrar. Justo en las zonas dónde más propiedad privada ha sido invadida. En las mismas zonas donde la Corte de Constitucionalidad, principal herramienta de cicig, ordenó el cierre de minas, hidroeléctricas y apañó las invasiones de fincas, dejando sin sustento a más de medio millón de familias guatemaltecas. ¿Y luego los gringos vienen a decirnos que no quieren caravanas y que quieren generar empleo? Además de que mientras haya demanda en USA y Europa, habrá producción de droga.
Lo que me lleva al punto
3. Que es el control de la migración hacia Estados Unidos. Los demócratas no se preguntan porqué durante los años del conflicto armado interno no eran caravanas de guatemaltecos, salvadoreños, colombianos, bolivianos huyendo hacia Estados Unidos. Hubo migración, obvio, pero no eran caravanas como las que vemos hoy en día.
#KamalaHarris la Vicepresidente de USA dice que vendrá a #México y #Guatemala a tratar estos temas. Sin duda, vendrá a tratar mucho más que esos temas. Siendo una de las principales promotoras del aborto, de la ideología de género, etc. no me cabe la menor duda que pretenderá imponer esos objetivos (lean la página de la Casa Blanca que los detalla y espántense que no condena pedofilia), a cambio de la “ayuda”.
Si tuviéramos gobernantes valientes, patriotas, con dos dedos de frente, que entiendan que el Hemisferio Occidental es en su mayoría compuesto por gente creyente en alguna forma de Fe Cristiana, pro niños o sea anti aborto, pro pena de muerte a criminales, pro Ejército, pro fronteras bien definidas, pro Constitución, y sobre todo pro libertad, le debieran de decir a la señora que se quede con su “ayuda” y que lo que queremos es comerciar. Y si se enoja, recordarle que hay otras naciones en el mundo interesadas en comerciar con América Latina.