Era tan fuerte la sensación y estaba tan bien observada que estalló por pequeños detalles y a la fecha, nadie puede esconder la terrible conexión entre un partido político tan venido a menos, como una repulsiva práctica delictiva, el narcotráfico.
Chile parecía estar un poco lejos de convertirse en una prolongación de las redes del narcotráfico, así que para lograrlo, una organización criminal se identificó con el mejor ambiente para ello, militar en el Partido Socialista, donde han hecho y deshecho a su gusto y se han llenado las alforjas de muchos dólares convertidos en el peso de su extinción. Y es que los secretos no duran en la política y muchísimo menos en las bandas que llevan el crimen como doctrina y como estandarte, pero las extienden a otras prácticas más modernas, inclusivas, transversales como se podría decir.
“Repudio masivo al Partido Socialista de Chile en las redes sociales luego de un impactante Reportaje de Canal 13 que reveló una serie de irregularidades en el proceso electoral al interior de la colectividad de izquierda… en la investigación se revelaron acarreos de personas, presiones para votar por uno u otro candidato, expulsiones en el partido por revelar hechos al interior y quizás lo más indignante, el nexo directo con bandas de narcotraficantes” resume cronicachile.cl
“Las acusaciones de narco redes y clientelismo… aparecieron nuevamente con todo en la interna socialista, luego de un reportaje televisivo que reveló acarreo de votantes, personas inscritas en un inmueble allanado en dos ocasiones por narcotráfico, candidatos con infracciones a la Ley de Armas y drogas y la participación de militantes expulsados en los comicios partidistas. El caso reflota una serie de irregularidades que se remontan al 2017, bajo la misma conducción de Álvaro Elizalde” destaca @elmostrador
Pero saben amigos, eso no es ni será todo. Apenas comienza a verse una parte de la historia, porque si nos ponemos a revisar más, el narcotráfico anda por La Araucanía hace tiempo convertido en sufragante del terrorismo y la violencia hoy llamada rebelión rural o cualquier otro nombre tonto que le ponen los medios.
El Partido Socialista chileno es solamente como un dealer del barrio, con algunos cabecillas al mando. Lo más duro ya se revelará, muy pronto.
foto, El Mostrador