Solemos imaginar qué hubiera pasado en nuestras vidas o circunstancias diversas si hubiéramos tomado tal o cual decisión, diferente a la que adoptamos en su momento. De igual manera los analistas o historiadores se preguntan lo mismo en el caso o circunstancias de un país.
Esta pregunta me la hizo mi amigo Rudy, viendo los momentos que pasamos en el Perú y tratando de ponernos en el caso que hubiera ganado Keiko Fujimori la segunda vuelta del pasado 6 de junio.
Está claro que para tratar de imaginar una situación como ella deberíamos retroceder en el tiempo. Para que ello hubiera sucedido, el Presidente Accesitario Merino de Lama hubiera tenido que mantenerse en el cargo derrotando la algarada comunista-caviar que llevó al poder al fan del martaco.
La caída de Merino de Lama explica la profundización del proyecto del incapaz y corrupto Lagarto el cual incluyó la toma del Sistema Electoral, clave para el triunfo ilegal e ilegitimo del comunista Castillo, incluyendo por cierto la inscripción de candidatos que nunca debieron haber participado y la propuesta de un programa de “gobierno” abiertamente antidemocrático. De igual forma, los resultados de las elecciones congresales dejan un rastro de dudas respecto a si realmente sucedieron así.
No dudamos en decir que todas las observaciones hechas en el proceso electoral de este año no hubieran sido convalidadas y con ello hubiéramos tenido a una primera mujer Presidente de la República y los afanes que hoy vivimos no se hubieran producido.
El Perú tendría un Gabinete Ministerial de primera línea; Luis Carranza en el MEF ya habría tomado las medidas que hubieran promovido la reactivación de la economía y Julio Velarde hubiera sido ratificado junto con su Directorio en el BCR, el sol se hubiera mantenido fuerte y los índices de la Bolsa de Valores de Lima hubieran trepado rápidanente. Por cierto el Perú no hubiera retrocedido según Moody’s y las proyecciones del crecimiento de la inversión privada para el 2022 alcanzaría los dos dígitos. Los grandes proyectos mineros y de infraestructura ya estarian avanzando en su ejecución o en sus fases de estudios previos. El Perú volvería a ser destino de inversiones productivas que asegurarían miles de puestos de trabajo.
La vacunación hubiera avanzado aceleradamente con vacunas Pfizer y los planes de seguridad ya hubieran dado sus frutos. Del mismo modo los programas sociales temporales estarían brindando el apoyo que hubieran requerido los sectores más necesitados de nuestra Patria.
El pasado 12 de setienbre el Gobierno hubiera reconocido públicamente al GEIN tras conocerse la muerte del genocida comunista, al cumplirseclos 29 años decsu captura, quien hace rato sería polvo depositado fuera de nuestras 200 millas.
Con unas elecciones limpias, las bancadas democráticas ya hubieran elegido a los 6 nuevos tribunos constitucionales y al Ďefensor del Pueblo así como se hubiera abocado en desarrollar una verdadera reforma constitucional del sistema político y judicial.
Pero como no todo puede ser “color de rosas”, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas ya hubieran debelado un intento comunista de subvertir el Orden Constitucional, tras algunas semanas de desórdenes, tomas de carreteras y las inefables marchas caviares. Sin embargo el peligro de una oleada terrorista se mantendría pero con un Estado atento no solo para enfrentarla en el campo militar sino esta vez en todos los campos.
Lo dicho sería el escenario en el cual el Perú estaría encaminado hacia su reconstrucción luego de 10 años de incapacidad y corrupción. Sin embargo ello no ocurrió pero podría ocurrir en la medida que derrotemos el proyecto comunista, herencia del “pensamiento gonzalo”.
Aún estamos a tiempo.