A Herodes lo que le interesaba por encima de todo era el poder. La conducta que tiene frente a los Reyes Magos es totalmente falsa. Quiere darles a entender que él quería también adorar al Niño y por lo tanto les pedía los datos para poder llegar hasta allí.
La falta de sinceridad se nota en las afirmaciones falsas donde hay una suerte de sobre actuación, una especie de vehemencia para querer asegurar lo que se afirma y convencer así a los incautos.
Los Reyes Magos que eran sencillos y amantes de la verdad se dieron cuenta de la falsedad del Rey Herodes, un hombre sumamente vanidoso y ambicioso que estaba dispuesto a disfrazarse de “oveja” para dar a entender una rectitud de intención que no tenía.
A las personas se las conoce por su itinerario de vida: de donde proceden, que han estudiado, como se relación con los demás, las amistades que tienen, los trabajos donde laboró, sus escritos y sus convicciones.
La autenticidad de una conversión
Una conversión instantánea es un milagro, como ocurrió con San Pablo y un cambio de vida que puede tener su origen en una reconsideración de ideas, es un proceso que puede darse a través de distintas manifestaciones y actitudes que la persona durante un tiempo determinado. Estos cambios no ocurren de golpe, de un día para otro o de la noche a la mañana.
Es importante distinguir entre una auténtica conversión y el cambio del camaleón, que como dice el refrán, cambia según la ocasión.
Los camaleones aparecen cuando hay algo apetecible que les favorece a ellos y ponen todos los medios, todo vale, para conquistar aquello. El camaleón se puede vestir de ángel o de diablo, busca solo llegar a tener lo que se ha propuesto. No le importa engañar o contar cuentos con tal de convencer a las personas para que lo apoyen.
La astucia del demonio
El diablo, que es muy astuto, se mete en las personas débiles para torcerlas con tentaciones de modo que crean que es verdad lo que es falso y dañino. Lo peor es que ellos mismos, los tentados, tienen ese convencimiento. Si no se vive como se piensa se termina pensando como se vive.
Esto suele ocurrir en los concursos y en las contiendas. Hay que estar muy atento con los aspirantes a “Herodes” que quieren tener poder y luego empiezan a matar y a destruirlo todo. Nadie da lo que no tiene. Las promesas tienen que tener sustento.
Una persona no es idónea por ser hombre o mujer, por ser de determinada raza, por pertenecer a una clase social, o a un grupo determinado, tampoco por lo que dice o promete. Hay que conocer su vida y sus capacidades que incluye la relación que tiene con su familia y las personas de su entorno.
Para tener en cuenta:
“Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judea, porque así lo ha dicho el profeta: ‘Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel’». Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo» (Mt, 2, 1-12).
“Al darse cuenta Herodes de que aquellos sabios lo habían engañado, se llenó de ira y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo que vivían en Belén y sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que le habían dicho los sabios”, (Mt, 2,16)