De acuerdo con el Índice de Competitividad Minera (ICM), elaborado por Macroconsult y el Instituto de Ingenieros de Minas de Perú (IIMP), que mide la competitividad de siete países con potencial minero, el Perú, en 2022, se encuentra en el último lugar, al bajar una posición con respecto a 2019. El ICM compara los países con alto potencial minero en cinco pilares: política tributaria, potencial geológico, infraestructura, instituciones y regulación, y entorno social.
La caída de nuestro país en el ranking se debe a un peor desempeño de los pilares geológico y entorno social, posicionándose por debajo de Australia, Canadá, Sudáfrica, Chile, México y Colombia. Además, el porcentaje de participación del país en exploración minera disminuyó y se encuentra en la cola de inversiones en exploración minera a 2021.
En cuanto a pilares, la caída de la competitividad minera no permite ver al Perú como un lugar atractivo para las inversiones. De acuerdo con el índice, el pobre manejo de los conflictos sociales y la débil institucionalidad vienen afectando la competitividad minera del país. A estos factores se suma la pérdida de potencial geológico.
En ese sentido, la inversión en exploración minera en Perú cayó de US$ 595 millones en 2017 a US$ 470 millones en 2021. Al comparar qué tan significativa es esta inversión dentro del grupo de países evaluados, nuestro país pasó de representar un 14% a un 8% en los últimos cinco años. De acuerdo con el IIMP, el resto de los países ha logrado recuperar su posición y nosotros hemos ido en el sentido contrario, porque las reservas caen debido a que no existe exploración.
Por otro lado, las cifras del Ministerio de Energía y Minas (Minem) también revelan que, en julio de 2022, la producción de diversos metales tuvo cifras en rojo, como en el caso del cobre, que cayó un 6.6%, y el oro, que se redujo un 2.8%, y por ello la caída en la recaudación. Adicionalmente, en cuanto a las exportaciones, en julio, tal como se menciona en el Semanario 1138, los envíos mineros retrocedieron un 12% con respecto a julio de 2021. Asimismo, en julio de 2022, el empleo del sector minero sumó un total de 246,895 trabajadores, lo que significó un crecimiento del 0.2%% con relación al mismo mes del año previo.
Debemos tener presente que la minería no solo incrementa nuestro nivel de divisas, sino que genera empleo e ingresos para el interior del país. En ese sentido, es importante resaltar la necesidad de la participación del gobierno y su labor para asegurar la distribución de los recursos generados por la actividad extractiva, que produjo S/ 10,189 millones en transferencias a los Gobiernos locales y regionales por concepto de canon y regalías en los primeros siete meses de este año, según el Minem.
En cuanto a la actividad minera, según cifras del Minem, generó una recaudación tributaria correspondiente al mes de julio de S/ 651 millones, lo que significó una caída del 27.8% con respecto a lo recaudado en el mismo mes de 2021. Esta menor recaudación se explica por la disminución en los ingresos obtenidos a través del impuesto a la renta, las regalías mineras y el impuesto especial a la minería.
En ese sentido, la actividad minera ha sido uno de los principales motores de desarrollo para nuestro país durante la última década, pues no solo ha generado empleos directos e indirectos, sino que ha impulsado la inversión, nuestro comercio con el mundo y ha generado recursos a través de impuestos, canon y regalías, los cuales han sido redistribuidos en el interior del país. Incluso, este sector ha contribuido a la reducción de la pobreza. Según cifras del último congreso de minería, la industria minera ha contribuido con reducir este problema en 13 puntos porcentuales, lo cual significó que 4 millones de peruanos salieron de la pobreza debido a la contribución de las inversiones mineras.
Por último, en lo que respecta a las proyecciones del sector, estas no son alentadoras. De acuerdo con el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la caída en el crecimiento proyectado de nuestra economía se debe al descenso de algunos sectores primarios y, en especial, del rubro minero. La entidad reveló, en el último reporte de inflación, un crecimiento más bajo para el PBI de minería metálica, así como una caída en la inversión minera, esto en gran parte por las paralizaciones en diversas operaciones mineras durante la primera mitad del año, como Cuajone y Las Bambas, que afectaron la producción del sector.
La proyección de crecimiento para la minería metálica este 2022 pasó del 2.9% en junio al 1.6% en septiembre, mientras que, para 2023, el estimado de crecimiento se mantiene en un 8.4%. Asimismo, la proyección de inversión privada en el sector minero pasó del -4.9% en junio al -3.7% en septiembre. Además, al 2023, la proyección de inversión privada caería del -15.8% al -16.2%.
Este panorama desalentador en el sector minero, sin un ambiente propicio para que la inversión minera fluya en nuestro país, claramente nos restaría competitividad en el sector, y eso puede costarnos caro. Por ello, es importante que el Gobierno demuestre que tiene un camino claro respecto de la economía y así genere confianza y tranquilidad en todos los actores económicos. Esperamos que se den políticas públicas que puedan revertir las actuales proyecciones pesimistas de este sector.