A los de la izquierda peruana les encanta viajar a Miami y New York para ir de compras y lucir sus Iphone cuando trabajan en el gobierno, también les gusta Madrid cuando están sin chamba y pueden conseguir un cachuelo en algún delivery o tal vez, se sumen a los que se las ingenian para engañar a los españoles y cobrar algún subsidio por asilo o persecución (no sabe de quienes, pero gritan ser perseguidos).
Los de la izquierda dirigencial, la categoría de los privilegiados, los candidatos y candidatas de siempre, “los aburguesados que critican a los burgueses” -como decía un profesor sanmarquino que no pudieron tachar los revoltosos de los ochentas-, obsesionados por ganar las elecciones a toda costa y a quienes después “sencillamente les importa un bledo el porqué o para qué se les ha elegido”, como dice la canción Elected de Alice Cooper: “sé que todo el mundo tiene problemas, pero personalmente… no me importa”, se dedican como sea, cuando sea y donde sea, a ser candidatos también como sea, cuando sea y donde sea, para inundar las páginas de sus hojas de vida o CV, colocando “ex candidato a, ex candidato a…”, pero de logros, de conquistas, de resultados…nada, nunca nada, salvo las investigaciones y condenas por terrorismo o por corrupción, por agresiones sexuales y acoso a jóvenes mujeres, a las que pronto se les deben sumar por Lesa humanidad (Castillo, Boluarte y Cerrón, miembros de una misma organización, el partido comunista Perú libre, que destruyó el rumbo de nuestra frágil y enredada democracia). Y así se vistan con nuevos rostros, son culpables.
El Perú tiene muchos problemas y a la izquierda no le interesa porque ellos, la izquierda, se ha convertido en el mayor problema, ya que con sus actos, proyectos, odios, palabras y crecientes resentimientos están atacando cualquier mínimo progreso y ruta de mejora. No les importa nada, no les interesa si gobiernan ellos inclusive, porque quieren destruir todo, arrasar todo, cambiar todo, generar caos y mucha más violencia para encenderse en un desenfrenado ritmo que nos conduzca “a otro mundo” donde reine el partido único del totalitarismo, el de ellos, sobre nuestra Libertad.
En nuestro país debemos estar alertas a toda propuesta o iniciativa que salga del núcleo de la izquierda del odio, porque vendrá con carga de contrabando ideológico y daño cultural. No es hora de diálogos improductivos, sino de aumentar la lucha por reconstruir un Congreso que da lástima y asco ahora, reconstruir un poder ejecutivo que está detenido y adormecido sin planes y sin programas de trabajo, alejado de políticas públicas que son de urgente necesidad e implementación.
Recuerden esta canción, escúchenla y vean el video cuando el cantante dice, parodiando al político:
“Quiero ser elegido / Vamos a cumplir con las reglas que yo hago / Quiero ser elegido, elegido, elegido / Nunca te mentí, siempre he sido genial / Quiero ser elegido”
Imagen referencial: “desinterés”, en redes sociales