El que no conoce la verdad porque no quiere, se vuelve irresponsable y se denigra como persona. Todo ser humano tiene que conocer la verdad. La verdad le da libertad y una gran capacidad para resolver los asuntos.
El mal más grande se llama ignorancia y ésta puede ser culpable. Es culpable cuando uno tiene los medios para salir de ella y no quiere utilizarlos.
Cuando una sociedad cae en el relativismo es porque la verdad está escondida y no se la valora. Cuando sucede esto se pierde la noción del bien y del mal. Da todo lo mismo. La falta de conocimiento por no ir a la verdad es ignorancia, y como dice el refrán: “Del pecado de ignorancia el demonio saca ganancia” por eso es que la ignorancia se considera siempre como el peor de los males.
Pilatos tenía delante la Verdad y no la quiso reconocer, prefirió no perder el prestigio frente a las otras autoridades y actuó con lo que era en esos tiempos “lo políticamente correcto”. Fue cobarde porque su conducta permitió que se cometiera una gran injusticia con el Hombre más bueno, nada menos que con el Hijo de Dios.
Lavarse las manos quiere decir: “yo no tengo nada que ver” “yo no quiero enterarme” “yo no me hago responsable” “yo no tengo la culpa”
El miedo a la verdad
Hoy muchas personas no asumen su papel, se quitan y no quieren complicarse la vida cuando ven que hay un ambiente de consenso con lo que es “políticamente correcto”, toman decisiones “políticas” que son injustas y que hacen daño. Huyen cobardemente, como Pilatos, de la responsabilidad de involucrarse.
La huida de los culpables
Hoy los que se escapan son legión, tiran la piedra y cierran los ojos. Se pueden observar en distintas ocasiones a multitudes despavoridas y desbocadas que arremeten contra lo que pueden arrojando piedras o quemando locales para luego huir cobardemente y echarle la culpa a las fuerzas del orden, que están cumpliendo su misión para protegernos.
Es indignante cuando se levanta una campaña que cubre a los verdaderos culpables que organizaron la violencia y se quiere castigar a los que llegaron para evitar los desmanes y proteger a la población.
Los Pilatos del siglo XXI
Por todas partes aparecen los Pilatos que se quieren lavar las manos y no les importa lo que le hagan a los demás. Solo buscan salvar su “pellejo” siendo los verdaderos culpables.
Estas mentalidades surgen en los ambientes relativistas donde la verdad está escondida y pesan más los argumentos de conveniencia, lo que es “políticamente correcto” aunque se cometan muchas injusticias. Quienes actúan así terminarán como Pilatos.
Para tener en cuenta:
“El relativismo ético y moral afirma que no hay moral ni ética universal. Tanto el relativismo como el subjetivismo afirman que la verdad es relativa a cada individuo” (Diccionario).
“Lavarse las Manos”. Usualmente utilizamos esta expresión para señalar el sentido de desentenderse de la responsabilidad en cualquier asunto. Ciertamente, al igual que desaparece la suciedad al lavarse las manos, metafóricamente también desaparece la responsabilidad. Del mismo modo, también utilizamos esta alusión cuando sabemos que alguien pretende eludir las consecuencias de las propias acciones. Lo triste, es que muchas acciones como las de Pilato, condenan a personas inocentes, y el que se lava las manos, se cree libre de culpa y se queda muy tranquilo”, (Pedro Donoso).