Leemos para ver en qué andan algunos interesados en participar en las elecciones presidenciales del año 2026 y observamos las inconsistencias y excentricidades de casi todos ellos, la angustia y desesperación por “figurar” en algún medio de comunicación, ya sea mediante escándalos o agresiones a otras candidaturas o personajes de la farándula política o mediante “propuestas” demagógicas y populistas que en nada contribuyen a un mínimo debate e intercambio de opiniones que a su vez, permitan crear espacios de encuentro y espacios de unidad por el país, ya que siendo de diferentes tiendas partidarias, nunca van a gobernar solos, porque se necesita llegar a acuerdos de buena voluntad, para consolidar objetivos medibles, sustentables y sostenibles en el tiempo.
El Perú, en eso no piensan, sino en frases de engaño y poses de comercial, para luego mentir más, robar mucho y dejar al país en retroceso o estancado, como siempre pero peor. Sino veamos los casos de la convicta Alcaldesa de Lima, quien fungió de candidata a vicepresidente con el condenado Daniel Urresti, bajo el manto protector de los miserables Humala – Heredia (financiados seguramente por la mafia de Odebrecht, ¿o no?). Y Vizcarra (a) “el lagarto”, responsable directo del mayor crimen colectivo en nuestra historia- desde el propio Estado, ejerciendo la presidencia y con un gobierno de múltiples casos de corrupción-, un crimen contra doscientos mil peruanos que fallecieron abandonados, engañados, menospreciados en sus derechos humanos fundamentales. Y Pedro Castillo con su maquinaria de resentimiento y su patrón, el portero de palacio, el prófugo Cerrón que colocaron con Verónika Mendoza como ministros y vice ministros a sus camaradas de “plata bajo la mesa y favor como respuesta”.
Y siguiendo esa modalidad de perversión en la política nacional, durante algunas semanas, los autonombrados precandidatos de partidos sin estructura, sin líderes, sin ideas, sin propuestas y sin agenda política, apagaron su ventilador de odio, pero ya volvieron justo cuando en Bolivia el abusador de menores de edad y parte del Cártel del Sol de Nicolás Maduro no ha podido superar el 4% de votos con sus dos candidatos presidenciales. Es decir, volvieron en el peor momento, en la antesala de su extinción porque el 2026 todas las izquierdas del odio no van a crecer de su escaso tamaño, sino que van a desaparecer, como en Bolivia.
Han vuelto con recarga de megas de envidia y odio, repetimos, como siempre pero peor.
Cansados de no hacer nada, dando el último bostezo, el primer ronquido… esa izquierda del odio solo sueña en producir pesadillas, pero sus monstruos no dan miedo.
