Evidentemente que sí, porque el poder ya no depende de los medios, sino que descansa en los ciudadanos, en los lectores y en los electores, quienes están cada vez más, liberados de ataduras, manipulaciones y controles, algo que ha caracterizado los últimos 20 años sobretodo, a muchos medios de comunicación lamentablemente.
Los lectores se han reconvertido a su rol de electores permanentes, se han independizado del control automático de la prensa –mejor dicho de los que digitan a la prensa- y así, valientes periodistas y arriesgados ciudadanos han descubierto el mundo digital como la nueva ventana de la libertad de prensa e información.
No son sólo las redes sociales, es el mundo digital en su contexto absoluto lo que permite interactuar, protestar, argumentar, opinar, sugerir y organizar diversas ideas y propuestas que en los medios tradicionales no se consideran jamás.
El poder jurisdiccional de los medios de comunicación se extingue, se apaga, desaparece por fin y vuelve la esencia del poder de las personas, de la libertad, de la democracia.
La involución en el número de ejemplares de cada medio impreso, la menor audiencia hacia canales de televisión en señal abierta, la menor sintonía sobre radiodifusoras de noticias o de programas periodísticos que se presentan como espacios donde se ataca y no se entrevista, han logrado automáticamente impulsar a la gente a los medios digitales.
Por eso, hoy en día una sola persona usando su celular puede tener más audiencia que todo un espacio periodístico formal, ya que el crédito de uno, vale más que el descrédito de cierta prensa que como a los políticos, se les rechaza totalmente.