Se le acaba el acceso a la billetera a las izquierdas y sus cómplices, que por más de veinte años han estado viviendo de nuestros impuestos, de nuestra buena fe, pero ahora se siente con fuerza la energía del rechazo a los comunistas, socialistas, progres, caviares y cuantos nombres se cambian en cada proceso electoral, siendo finalmente lo mismo: izquierda anti progreso y a favor de la violencia y el odio.
Las izquierdas, promotoras de la corrupción más grande de la historia, responsables de la crisis sanitaria actual y generadoras de la crisis popular y el desborde del Estado (más impuestos, mayor legislación anti empresa, limitación de libertades y de auténtica participación social) son productoras de ineficiencia, extrema burocracia con salarios injustificados e insostenibles, aumento exponencial de trabajadores sin preparación, sin formación, sin nivel de compromiso con el país. Así, pretenden seguir en los gobiernos locales, regionales y nacional, así pretenden seguir en el congreso ¡presidiéndolo! ¿A ese nivel hemos llegado por el absurdo concepto de tolerancia democrática?
El Perú debe y tiene que recuperar el rumbo señalado en la Constitución de 1993 y sacar del Estado a toda la columna bolivariana de la corrupción, castigar a los medios de comunicación que han aprovechado su alianza con el gobierno para recibir injustificadamente fondos públicos a cambio de resguardar los intereses políticos y mercantilistas de grupos de poder que han esquilmado nuestros ahorros.
El Perú debe y tiene que recuperar el camino que señalaron los fundadores de la República, sostenido en principios y valores que nadie puede desvirtuar o cambiar. Es necesario peruanizar nuestras vidas y desterrar la influencia perniciosa de ideologías de daño y perversión.
Las izquierdas saben, sienten su fin. La derecha, dividida, entrampada en diferencias tontas, en temas que no son de Gobierno ni de Estado, tiene que dejar las poses y el teatro del discutir lo que no une, para comprometerse justamente en la unidad nacional.
Es tiempo de Libertad, no de dictadura. Es tiempo de los mejores, no de los traidores.
¿Qué ha demostrado la izquierda a lo largo del tiempo? Miremos el triste “ejemplo” de Susana Villarán y los caviares más hipócritas: corrupción, cero obras de trascendencia, mentiras, desprecio a los pobres, persecución al trabajador ambulante…
¿Tal vez Gregorio Santos -sentenciado por graves delitos de corrupción como el proceso de la Villarán- o el otro sinvergüenza, Aduviri, sean su inspiración dentro de estas nuevas sociedades políticas del extremismo de izquierda? Los alcaldes, alcaldesas, gobernadores regionales y consejeros regionales que la izquierda de todo color y matiz ha ensalzado a lo largo del tiempo, yacen en prisión o en arrestos domiciliarios por ahora. ¿Esos son un ejemplo acaso?
¿Este gobierno del partido “morado” o rojo asolapado, aliado del Frente Amplio como del gobierno anterior, también aliado del Frente Amplio al que le entregó el Ministerio de Salud -¡qué ironía, para matarnos!-, es acaso un ejemplo de algo bueno, regular, o mínimamente aceptable después de 148 mil fallecidos por no construir y seguir políticas de emergencia sanitaria?
¿El ministerio de educación, ahora como ayer en manos de los rojos, es algo ejemplar? ¿Es algo que valga la pena?
Entonces Peruanos, déjense de creer en la secretaria de las agendas o en el mechero de la dinamita, déjense de creer en esa lampa que ahora entierra las libertades y promueve la demagogia, déjense de cerrar los ojos y tener miedo de ir a votar, porque estas son las elecciones más importantes, las que marcarán una línea entre la Libertad y el fin de nuestros derechos.
Elijamos para exigir desde el primer segundo lo que se nos promete, sin plazos, sin “dar tiempo” porque ya no hay tiempo.