Le preguntamos durante una semana a más de 500 jóvenes entre 16 y 30 años de edad, qué es lo que piensan sobre la izquierda en el Perú, a quién o a quiénes identifican como dirigentes o líderes del conglomerado de decenas de pequeños partidos marxistas leninistas y otros grupos que se adornan como de izquierda y esconden la identidad comunista o socialista, usando diversos nombres y colores, como el paradójico “partido por el buen vivir” o quizás “venceremos”, “partido de los trabajadores y emprendedores”, “primero la gente” y “ahora nación”, de una baraja de más de 20 cárteles lumpen donde están representadas las caras de los eternos voceros de sectores de esos minúsculos subgrupos de la izquierda que sólo se lanza a las calles para efectuar esporádicamente “tomas”, “bloqueos”, “marchas” y pronunciamientos”, en vez de demostrar fuerza, porque no tienen masas o simplemente, ya no convocan a sus simpatizantes, militantes ni activistas, en una decepcionante realidad para ellos.
Lo que opinan los jóvenes de forma contundente, es que se acerca el fin de las izquierdas y que la sola palabra izquierda es objeto de rechazo. Los jóvenes no identifican un líder para la izquierda. Es peor esto porque para ellos no existen líderes no voceros dirigenciales, no hay conductores o representantes que puedan ser imagen, convocatoria y unidad.
Y es que la credibilidad no existe en las izquierdas, ni entre sus propios protozoarios. La auto demolición es la auténtica percepción que no sienten sobre sus espaldas. Fingen autopercepciones de dirección de masas.
El resultado de tener teoría y práctica violenta, poseer gritos y amenazas en vez de agenda y discursos, carecer de líderes y dirigentes populares, asegura la gran derrota a las izquierdas del odio a nivel nacional.
¿Cuál es el panorama al 2026? Que ni uno de los veintitantos candidatos de las izquierdas del odio y sus socios de otras tiendas desde el rojo ultraviolento hasta el palo rosa debilitado, serán parte de los que logren pasar la valla electoral y conseguir a la vez, el número mínimo de Senadores y Diputados que se necesita para mantener la vigencia de sus “partidos” en el Registro de Organizaciones Políticas del JNE.
¿Por qué ocurre esta proyección? Debido a la ausencia de estructuración política partidaria de todo grupo que, siendo marxista leninista y variantes progre y caviar, han caído en la monotonía de la dirigencia eterna que ha perdido cara ante la militancia. No tienen teoría ni práctica revolucionaria, no han formado cuadros dirigenciales y soportes de reemplazo. En consecuencia, no hay partido visible ni rostros conductores y por ello se suman los colectivos políticos como si fueran masa partidaria, pero no es una suma que tienda a multiplicar los cuadros y masas, sino a dividir, porque los caciques restan y las auto percibidas referentes se pelean el espacio que nadie identifica ni conoce.
Es en definitiva, la explosión de las izquierdas debido a la pelea interna -si los vemos como un todo supuesto-, y de esa explosión constante, salen partículas donde cada una de ellas se cree “líder” en una dispersión múltiple.
¿Se pueden juntar esas partes? ¿se pueden unir? Ya no, es muy tarde de cara al 2026 y allí está la oportunidad de las fuerzas que creen en la recuperación de la Democracia y la defensa de la Libertad, en construir dos grandes bloques parlamentarios, inamovibles, sólidos y con agenda pública (y no reactiva): bloque de Derecha y bloque de Centro Derecha, dejando un espacio a los que se sientan fuera de este ámbito pluralista que se identifica en la base de los principios, valores y virtudes humanas.
Que haya discrepancias, excelente. Pero “que no se confunda tolerancia con estupidez”.
El Perú debe transitar en ese eje Derecha – centro Derecha, es ese el camino para que nunca más ingresen los extremistas de las izquierdas del odio a los poderes públicos.
