“Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré todo esto, si te postras y me adoras”. Pero Jesús le replicó: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás” (Mt, 4, 1-11).
“Vender el alma al diablo significa: dar a alguien una cosa a cambio de una suma de dinero” (Diccionario)
“Es cuando la persona ofrecería su alma a cambio de favores diabólicos poderosos. Estos favores varían según el relato, pero suelen incluir la eterna juventud, el conocimiento, las riquezas, el amor o el poder. Se cree que algunas personas llevan a cabo este pacto sin pedir nada a cambio, como una forma de reconocer en el diablo a su señor” (Wikipedia).
Comentario
El diablo es el príncipe de la mentira que suele tentar a diario engañando a la gente con ofrecimientos a cambio de una sumisión a él.
La conciencia nos advierte dónde está el bien para aceptarlo y dónde el mal para rechazarlo. La misma conciencia nos hace ver la realidad para actuar en consecuencia.
Muchas personas, por ignorancia, no están capacitadas para ver la realidad y entonces a la hora de decidir puede equivocarse. Si la ignorancia es invencible no tendrían culpa de la elección equivocada, pero el mal siempre llega, sean o no culpables.
Si la ignorancia es vencible entonces también hay culpabilidad por no haber salido de ella a tiempo.
Elegir el mal es una inmoralidad que puede traer consecuencias graves
Es peor el caso de la persona que decide por el mal porque le han prometido una recompensa o beneficio (ha sido tentado). Recibir prebendas a cambio de elegir el mal es una inmoralidad que puede tener graves repercusiones.
La aprobación de alguien que hace las cosas mal no es coherente, ni tiene lógica. Si eso sucede pueden haber razones de conveniencia: si se trata de una persona a la que se aprecia mucho, si se trata de un cálculo para obtener luego un beneficio, o si se ha recibido un soborno.
Si se trata de una persona que se aprecia mucho podría ser “comprensible” y sería la razón para minimizar sus faltas como lo hicieron los hijos de Noé con su padre borracho. Ellos no estaban de acuerdo con la borrachera de su padre pero lo cubrieron para no pasar vergüenza.
Si no se trata de una persona querida del contorno familiar o amical y se aprueba una mala conducta de esa persona, el motivo de esa aprobación podría ser el ofrecimiento de un beneficio, o la entrega de una buena suma de dinero.
Las personas que por una gollería o por plata defienden lo que está mal y a quienes actúan mal, están vendiendo su alma al diablo y esto trae malas consecuencias para todos y especialmente para ellos.
Si esas personas tienen un cargo importante y han hecho un juramento de decir siempre la verdad, estarían cometiendo una gravísima falta y se las tendrán que ver en el Tribunal de Dios, el día del Juicio Divino. (P. Manuel Tamayo).