Es necesario, sé que cansa, entiendo que aburre y a veces incomoda cuando en medio de la vida misma, debemos ver con mayor interés lo que ocurre con el país, pero es necesario, lo lamento, es necesario.
Nos encontramos en tiempos que reclaman desde varios sectores, un calendario de retirada para los que gobiernan. Me refiero por supuesto a quienes destruyen el país desde el poder ejecutivo y a quienes siempre destruyen el país desde el congreso de la República. No haré extensivo este señalamiento justo, a los que se encuentran haciendo casi lo mismo o más, desde los gobiernos regionales o las poco más de dos mil municipalidades distritales y provinciales del Perú (en lo que significa el desborde del Estado y la crisis popular).
Nuestra nación va peor que antes y se perfila peor para mañana, eso es irrefutable. Sin embargo, para los rentados destructores que ondean las banderas de “la política”, la economía mejora, el empleo aumenta, las finanzas sonríen y el barco navega con soltura, como en un cuento de hadas y hados (para poner en contexto el lenguaje inclusivo y de género).
Es muy extraño que sabiendo que no hemos crecido el año 2023 y que se logró retroceder a menos 0,5% los señores ministros digan que “estamos creciendo”. Pero es el Perú, donde el estancamiento no es sólo de la producción, sino de una ausencia de reacción, como si estuviésemos complacidos de estar mal y de forma sostenida, de saber que estamos peor y sin decirlo, el silencio se convierte en parte de la celebración anónima y aceptada.
Criticar es fácil, opinar es complicado, sugerir acciones positivas es someterse al escrutinio de los depredadores e ingresar al espacio de los que te van a señalar por las incomodidades que les ocasionas con la verdad y la honestidad. Pero es necesario, es imperativo.
Nos están conduciendo a elegir a los inelegibles otra vez más. Los inelegibles han conformado cerca de treinta organizaciones políticas de fines electorales y destinos criminales. Lo sabemos y no podemos hacer nada porque están blindados por sus leyes y sus reglamentos, para que ningún ciudadano libre de delitos y antecedentes penales, sea algún día, congresista, alcalde, gobernador regional o presidente del Perú, pues requeriría el demérito escencial de ser convicto y confeso.
¿Existe algo para hacerse y no permitir que sigamos en la misma condena?