El Perú se ha convertido una vez más, en el reino de las mentiras hechas verdades y para probarlo de manera simple y sencilla veamos el siguiente escenario:
Se encuentran oficialmente reconocidos por el Jurado Nacional de Elecciones JNE, treinta organizaciones políticas que -todas- han superado los requisitos de contar con un acta de fundación con el nombre de la agrupación política, un Ideario y el respectivo símbolo partidario. Asimismo, han entregado un Padrón de afiliados equivalente como mínimo al 0.1 % del padrón aprobado para la última elección nacional y han acreditado sus Estatutos y reglamento electoral, la relación de sus comités partidarios, representantes, personeros legales y técnicos (titulares y alternos) y tesorero titular y suplente. ¿Quién ha auditado esta información como cierta y válida? ¿El JNE? No, no lo ha hecho, no lo hace ni lo hará, porque el haberle entregado al JNE un expediente y planillones, algunas declaraciones y listas de supuestos dirigentes, no significa que eso es cierto, válido y comprobado.
Eso es en el papel, pero en la realidad, de las treinta agrupaciones políticas, hemos calculado en base a una investigación de campo a nivel nacional, que más del 80% -es decir, veinticuatro partidos- no tienen ni una sola dirigencia activa, carecen de militantes y simpatizantes, no son conocidos a nivel distrital o regional, ni siquiera en Lima, de donde han sido aprobados los registros de forma algo extraña por no decir irregular. Se trata de cáscaras, neblina, fantasmas.
¿Así se van a realizar elecciones nacionales? Nosotros consideramos que cada seis meses, comenzando ahora en Agosto, se deben efectuar auditorías y controles de campo, verificando si existen locales de los partidos en cada circunscripción donde dijeron tenerlos, implementando una visita inopinada a cada uno de los dirigentes que están registrados en esa condición y haciendo suscribir una declaración jurada de la actividad de cada dirigente en su dominio (¿qué ha hecho el secretario general, el de organización o la de la mujer en los seis meses precedentes?) y de similar forma, hacer el seguimiento contable de sus “arcas” para que la transparencia sea pre, durante y post elecciones. ¿Eso se puede hacer? Sí, es sencillo y fácil de implementar la auditoría y a su vez, las sanciones, porque “fabricar” un partido requiere algo de dinero, pero mantenerlo en la autenticidad y verificarlo en la realidad, es otra cosa y allí se van a descubrir por lo menos a veinticuatro fantasmales organizaciones que están o pueden estar vendiendo cupos para ser incluídos en las listas de candidatos a la Cámara de Diputados o de Senadores, por ejemplo.
Hay que eliminar del Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones a los mercaderes de la nueva política, esa que en base a reformas y más reformas degradantes provocadas por las oenegés caviares han ocasionado esta multiplicación de gatilleros de la corrupción.
Rescatemos la voluntad y ejemplo de quienes hacen política limpia, partidos institucionales y respeto a la Democracia y la Libertad, condenando a los piratas de las elecciones.