La diferencia entre el miedo o temor a lo desconocido y el que puede producirse por los comentarios negativos de quienes a su vez, temen perder beneficios mal adquiridos, es sorprendente si partimos analizando el origen de los temores y de los temerosos.
Por ejemplo, en América latina en general existen grupos que siendo comunistas en su formación, ideología y planteamientos, han maquillado esa postura para presentarse con diferentes nombres, como si fueran una marca comercial, a fin de seguir engañando a los electores en cada proceso político que se convoca. Hasta le han puesto una sonrisa a su rostro revolucionario que antes era una muestra de ira, odio y resentimiento.
Han cambiado el puño en alto y el fusil, por una rosa roja en los labios y un pañuelo verde en el cuello, algo así como un árbol rodeado de flores.. pero en fin de cuentas, la misma porquería porque no existe izquierda no comunista, no existe izquierda no violenta, se diga lo que se diga o como afirmaba Fidel Castro… “comunista es y será siempre comunista”.
Frente a esta inocultable realidad, la derecha por fin ha ido tomando las riendas de su camino y ha logrado armar estructuras de pensamiento, bases de liderazgos y capacidad de movilización desde las redes sociales primero, hasta tomar las calles ahora, progresivamente y sin miedo o vergüenza. La derecha se ha sacudido de los mercantilistas y éstos, los mercantilistas, ahora son los activistas que financian a las izquierdas con discursos “de moda”.
La derecha ha ido venciendo a la izquierda en el terreno del debate sobre la defensa de la vida, la familia, el patriotismo, la pureza de los principios de una nación y sobretodo, en recuperar el sueño de una patria fuerte, grande, en constante progreso y desarrollo para todos.
La derecha produce miedo a los que odian a la patria, la derecha produce miedo a los que viven eternamente engañando a las masas inyectándoles resentimiento por cualquier mínima diferencia.
Lo único que le falta a la derecha es limpiarse de los que quieren usar su fuerza arrolladora, para infiltrarse en su opción de gobierno.
Quiero decir, ninguno de los de antes, ninguno de los que viven de permanentes presencias en el poder legislativo o alquilándose en diferentes gobiernos. Casa limpia, casa gana.