“Trabajo como docente hace varias décadas. Mi especialidad abarca las áreas de Matemáticas y Religión. Comencé mi carrera en el Colegio Algarrobos, enseñando estas dos materias en Educación Primaria. Sin embargo, la labor de enseñar no se limita únicamente a dar clases; representa un vehículo para lograr el desarrollo integral de las personas. Para ello, es fundamental observar, conversar y tratar a los estudiantes con auténtico afecto”, nos dice Aníbal Mera con una tranquilidad de mensaje que penetra en el alma.
“Durante mi interacción con los niños, noté que muchas de las conductas negativas que presentaban no eran innatas, sino aprendidas y consecuencia de los estilos de crianza que había detrás. Fue entonces cuando comprendí que, para mejorar el comportamiento de los niños era necesario involucrar a los padres. El colegio me alentó, junto a otros tutores, a estudiar una Maestría en Asesoramiento Educativo Familiar en el Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid (España). Durante mis estudios, confirmé mis sospechas: al trabajar con los padres, se logra una mejora significativa en el comportamiento de los hijos” recalca el coautor de “Entre el amor y la tempestad”
“No obstante, el trato con los padres y, de igual manera, con los propios estudiantes, demanda habilidades y conocimientos adicionales. Siguiendo el consejo de mi esposa, decidí estudiar la carrera de Psicología. Al completar mi formación en esta área, pude abordar científicamente los problemas que enfrentan tanto los estudiantes como los padres. Posteriormente, realicé un diplomado en Logoterapia y profundicé en los fundamentos teóricos y prácticos del asesoramiento de parejas, basándome en diversas fuentes, especialmente en las ideas de Adler” reafirma Aníbal.
y nos comenta que “Siguiendo nuevamente los consejos de mi esposa, establecí un consultorio privado donde ofrezco asesoramiento conyugal. Mi esposa, aunque no es psicóloga, me ayuda mucho con las orientaciones de sentido común, especialmente para ellas”.
La historia detrás del libro “Entre el amor y la tempestad” contada por sus autores:
Siempre que conversamos en casa con mi esposa e hijos acerca de nuestras acciones, enfatizamos en la importancia de reflexionar sobre el propósito detrás de lo que hacemos, no solo en qué hacemos sino, en el para qué hacemos lo que hacemos.
En la consulta privada y en mi labor con los padres de la escuela —donde desempeño el rol de director de formación y familia— atiendo casos específicos que comparten problemas o crisis similares. Por esta razón, consideramos que una forma de llegar a más personas es a través de un libro.
Ojalá que este libro también sea leído por parejas jóvenes o por aquellos que están contemplando formar una familia. Ello nos llevó a escribir “Entre el amor y la tempestad. Navegando las crisis del enamoramiento, noviazgo y matrimonio”.
Reconocemos que el matrimonio y las relaciones de enamoramiento y noviazgo no son estáticas, sino altamente dinámicas. Su éxito depende en gran medida del compromiso y la madurez de las personas involucradas.
El ser humano está llamado a vivir en comunidad “No es bueno que el hombre esté solo”, ya lo decía el libro del Génesis. A medida que el tiempo avanza, la familia, se convierte en un refugio en los diversos momentos de la vida. Prueba de ello ha sido la reciente pandemia.
LA VERDADERA FELICIDAD SE ENCUENTRA EN EL DESEO DE HACER FELICES A NUESTRO CÓNYUGE, A NUESTROS HIJOS, FAMILIARES Y A LOS DEMÁS. EL EGOÍSMO NO TIENE CABIDA EN ESTA BÚSQUEDA. ESE ES NUESTRO PUNTO DE PARTIDA.
En este sentido, los lazos íntimos que se desarrollan en la familia son de suma importancia. El matrimonio va más allá de ser solo una unión común; es una llamada que nos lleva hacia la santidad y la felicidad, dos aspectos que todos buscamos alcanzar. La verdadera felicidad se encuentra en el deseo de hacer felices a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, familiares y a los demás. El egoísmo no tiene cabida en esta búsqueda. Ese es nuestro punto de partida.
Casarse hoy, un ejercicio de valentía
Tomar la decisión de casarse requiere valentía. No se trata solo de sentimientos pasajeros, ya que las emociones son estados cambiantes. La valentía radica en enfrentar los riesgos inherentes a cualquier compromiso o elección. Desde el principio, animo a las parejas a buscar la gracia sacramental que otorga el matrimonio.
LA VERDADERA FUENTE DE FELICIDAD NO ES UN HOMBRE O UNA MUJER, SINO DIOS MISMO. POR LO TANTO, ES FUNDAMENTAL QUE, DESDE EL INICIO, DIOS FORME PARTE ACTIVA DE LA RELACIÓN.
Apostar por la convivencia implica permitir que las emociones guíen la relación, pero la gracia divina proporciona las fuerzas necesarias para llevar la relación por buen camino. La verdadera fuente de felicidad no es un hombre o una mujer, sino Dios mismo. Por lo tanto, es fundamental que, desde el inicio, Dios forme parte activa de la relación.
El cambio de la sociedad vendrá por la familia
Para contribuir al cambio en la sociedad, es preciso entender que ese cambio comienza en la familia y, más específicamente, en el matrimonio. A menudo nos quejamos de la sociedad que a futuro crecerán nuestros hijos, pero debemos recordar que tenemos la oportunidad de moldear qué tipo de personas dejaremos en la sociedad. La transformación social está arraigada en la familia y la educación, y es una tarea que requiere valentía por parte de aquellos que se atreven a formar una familia y educarla.
Finalmente, el matrimonio y la familia requieren formación constante, es esencial que los esposos se preparen antes y durante su vida matrimonial para desempeñar con sabiduría el papel que les corresponde. Un trabajo diario de papá y mamá por vivir unidos, construyendo la felicidad conyugal y de los hijos.
El libro se puede adquirir de momento en la ciudad de Chiclayo en DIDEL Abastecimiento educativo. Calle Tacna 534. Pedidos por WhatsApp al: +51 923 092 261.