Estamos en un duelo de ideas en el Hemisferio Occidental, que incluye dos extremos muy claros y cada vez más antagónicos. Por un lado, el globalismo que inclina a las sociedades a adoptar lo extranjero por encima de lo nacional, y no hablo de calzado hecho en China. Me refiero a conceptos de vida, cambios al tejido social del país, para incorporar ideas foráneas que nada centran con la esencia nacional.
Por otro lado, el nacionalismo creciente, que los globalistas tachan de fascista aunque nada tiene en común. Un nacionalismo que contrario al fascismo, se basa en un orgullo por lo nacional. Mientras el nacionalismo fascista victimiza a la sociedad, el nacionalismo actual la ensalza y se enfoca en todas sus fortalezas que la hacen única y especial.
Este argumento abarca un gremio sumamente delicado y de esencial importancia para el país: el gremio médico. Y así, tenemos en varios países del Hemisferio una competencia injusta entre médicos cubanos importados, frente al creciente desempleo que enfrentan los médicos locales.
En mayo 2019, se reportó una tasa de desempleo del 80% la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación. Del porcentaje que tiene un empleo, el 50% ha tenido problemas para recibir su pago. Aún así, el Alcalde de Medellín, por ejemplo, solicitó a Cuba el envío de médicos cubanos a Medellín.
En México, el Colegio de Médicos reportó en el 2019 un creciente desempleo en el gremio médico debido a la poca oferta de trabajo, una educación médica deficiente, la falta de seguridad por el crimen imperante, y los bajos salarios. Sin embargo, México para el 2020 reportó tener 678 personas en las brigadas médicas cubanas, sin siquiera registros migratorios de su ingreso.
En Perú, el personal de salud peruano de la Federación Médica protestó por la falta de seguridad para sus miembros ante la pandemia. Mientras tanto, el gobierno del Perú paga cuantiosas sumas al gobierno cubano por los médicos cubanos en Perú. Ese problema se repitió en todo el hemisferio.
En Guatemala, el personal al frente de la lucha contra el covid19 se quejó por varios meses por falta de pago, la carencia de equipo médico adecuado incluyendo de protección. El gobierno de Guatemala paga miles de dólares a Cuba por cada uno de los cubanos que están acreditados en Guatemala. Cabe mencionar que para colmo, mientras el desempleo de médicos locales aumenta, en medio de protestas de diversos actores, el gobierno actual insiste en renovar los convenios con Cuba.
Es importante que la opinión pública sepa que las brigadas médicas incluyen no sólo médicos y enfermeras, algunos sin acreditación alguna que compruebe su capacidad profesional, sino también gente que no tiene relación con la medicina, y fungen como espías, adoctrinadores, e inclusive, conductores de vehículos.
Un negocio redondo para la isla, que retiene entre el 80 y el 95% de los salarios que los gobiernos anfitriones pagan por cada cubano en sus suelos, sea médico, espía, o lo que sea. Y mientras en Cuba la nomenclatura castrista celebra sus multimillonarios ingresos, el desempleo de personal nacional en el país anfitrión, aumenta en detrimento de familias nacionales, de la economía, del país. Quizás es hora que los ciudadanos defiendan lo propio, cuiden de sus familias, y de sus profesionales.