Cristina Peláez, concejal de Vox, en el pleno de constitución de la nueva legislatura en el Ayuntamiento de Sevilla “ha pronunciado una palabras que son una tarjeta de presentación y, a la vez, un manifiesto ideológico. Sus apelaciones a la libertad del ciudadano, a la necesidad de embridar al Leviatán del Estado, y la defensa de valores básicos de la democracia y de la civilización, son una rara avis en la historia reciente de España” afirma @alfonsobasallo
y éstas son sus palabras, muy bien anotadas por @ElentirVigo
“Vox ha surgido para decir las verdades que nadie osaba decir. Por ejemplo, que los padres tienen derecho a transmitir a sus hijos sus propios valores, y no los que dictamine el gobierno de turno, ya sea estatal o municipal.
O que los ciudadanos no necesitan que se les inocule una memoria histórica sesgada que, con la excusa de cerrar heridas del pasado, siembra rencores en el presente.
O que la violencia no tiene género y la vida de un hombre o un niño vale tanto como la de una mujer, y es una aberración ideológica poner bajo sospecha legal a todas las personas de sexo masculino por el mero hecho de haber nacido varones.
O que la vida humana comienza en la concepción y que abortar es matar al ser humano más indefenso que existe, por mucho que se pretenda encubrir como un derecho.
Estamos aquí para romper tabúes, para decir verdades incómodas y quebrar los falsos consensos del pensamiento único y la corrección política.
En Vox estamos convencidos de que la piedra angular de todo programa político radica en la dignidad de la persona humana, como ser inteligente y libre, dotado de derechos inalienables, pero también responsable de sus actos y consciente de sus deberes.
La filosofía de nuestra política parte de la confianza en la libertad responsable de todos los ciudadanos y del principio de subsidiariedad, según el cual los poderes públicos no tienen por qué inmiscuirse en todas aquellas iniciativas que pueda tomar la sociedad civil, con el fin de intentar dirigirlas y controlarlas.
Por eso creemos necesario limitar el peso del sector público, bajar los impuestos con el objetivo de dinamizar la economía y ofrecer a los ciudadanos un marco estable que garantice la convivencia en paz y libertad.
En Vox entendemos también que los derechos de uno terminan donde empiezan los de los demás, y creemos que es función de los poderes públicos asegurar que nadie atropelle los derechos ajenos sobre la base de la presunta urgencia de los propios.
Ello implica la necesidad de un poder municipal respetuoso con las tradiciones y los usos privados, poco invasivo de las vidas de los ciudadanos pero a la vez riguroso en la defensa de la ley y de los intereses públicos.
En definitiva, Vox plantea el ejercicio del poder como un servicio público, guiado por los principios de honradez, prudencia, eficiencia, justicia, sentido común y capacitación técnica”