Para entender el comunismo en el siglo que nos toca vivir, hay que leer, hay que estudiar y hay que preguntar para poder interpretar ese fenómeno malicioso, sino estamos huyendo de la realidad y aceptando la imposición de acciones que conducen a una etapa de dominación absoluta sobre las personas y sus familias, es decir, hacia la instauración de una dictadura comunista, una enfermedad que tiene etapas en su daño, una enfermedad que se transmite en las mentes y domina los corazones, dobla las rodillas y endurece el alma hasta hacerla añicos. Una enfermedad que mata la Libertad y cuando se hace crónica en el cuerpo de una nación, desaparece la democracia, la justicia y toda esperanza de paz.
Pero, ¿Cómo así sucede lo que nos estás diciendo? ¿No es que el comunismo llega al poder y se instala de inmediato con todas sus nacionalizaciones y persecuciones?. No, no es así, tiene un proceso, una secuencia de construcción para la destrucción y el sometimiento ciudadano.
Comencemos leyendo, les recomiendo leer el libro “La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo”, que es una de las obras más importantes del marxismo. Ese libro fue escrito por el criminal del pensamiento totalitario y la manipulación de masas, V.I. Lenin.
“Cualquiera que desee entender la esencia del método comunista, debería estudiar detenidamente estas páginas que de una manera extraordinariamente clara y concisa, explican el arte de la táctica y la ciencia de la estrategia en la lucha de clases, para instaurar progresivamente el socialismo y la dictadura comunista”
Lean con pausa, sin prisa: “El fondo del libro citado (La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo) queda claramente expresado en el subtítulo del manuscrito original: ‘Ensayo de discusión popular sobre la estrategia y la táctica marxistas’, que desapareció de todas las ediciones publicadas en vida de Lenin. En sus páginas se aborda la tarea de la construcción del partido revolucionario, una cuestión más complicada de lo que parece a primera vista. Implica la relación entre el marxismo y el movimiento vivo del proletariado y sus organizaciones que han evolucionado a través de la historia. La lucha de clases, y su reflejo en las mentes de las masas, no se desarrolla en línea recta, sino que pasa por toda una serie de etapas, con cambios constantes, flujos y reflujos”.
Por eso hablamos de la estrategia ultraizquierdista de acumulación y dispersión, para volver a la acumulación. Como en una mano: puño abierto, cada dedo tiene su rol; puño cerrado, todos se juntan en un solo golpe o ahorcamiento.
En el Perú de los tiempos actuales, las izquierdas se aglutinan en los dedos de una mano explosiva. Cada dedo es una suma de falanges que se interrelacionan para funcionar y tener un camino propio, senderos que van siguiendo líneas diversas para conducirse por un camino irregular que los convoca.
Frente a ello, los partidos, grupos, organizaciones o coletividades políticas no comunistas, siguen hoy en día –erradamente-, un comportamiento estrictamente electoral, no como antes que el APRA o el PPC por ejemplo, hacían escuelas doctrinarias donde se aprendía a defender valores y principios, donde se estudiaba la amenaza comunista, donde era común nutrirse de fundamentos de Libertad y Democracia, para sembrar en las mentes jóvenes ideas y propuestas, iniciativas y acciones que unan, no que violenten, no que odien, no que elimien al adversario.
Pero con el devenir de los años, con el ritmo apresurado de los tiempos, mercantilistas se apoderaron de las estructuras dirigenciales y las reemplazaron por advenedizos y mercenarios que destruyeron lo medianamente atractivo de ser parte de una organización política. Así ahuyentaron a gentes valiosas, e incorporaron pedantes, soberbios, egoístas, busca chamba, gestores de intereses sucios. Entonces el desprestigio creció, ya que la agenda de estos mercaderes electorales creció también y el país, el pueblo, los ciudadanos honestos, se alejaron.
Ese escenario fue aprovechado por las izquierdas hábilmente, transformando en paralelo las políticas públicas referidas a la educación, la cultura, la economía, la iniciativa privada, las relaciones entre el Estado y la Iglesia, etc.
Lentamente iba creciendo ese manejo político mientras en paralelo, otro sector de la izquierda armaba el camino de las ideas de la necesidad de una guerrilla por un lado (intelectuales resentidos, profesores secundones de universidades privadas) y también, el camino de la guerra popular del campo a la ciudad, más conocido como el terrorismo.
Pueden ir viendo:
- Trabajo político de selección proselitista vía ONGs (pensamiento de izquierda)
- Trabajo político de masas vía partidos (acción dirigencial en sindicatos)
- Trabajo político popular vía líderes barriales (movilización de las masas)
- Trabajo político de adoctrinamiento vía catedráticos (formación de cuadros)
- Trabajo político del camino revolucionario (terrorismo)
- Trabajo político con los medios de comunicación (construcción de aliados)
- Trabajo político electoral (llegar al gobierno usando la democracia que se niega)
Se los mencioné líneas arriba: “una serie de etapas, con cambios constantes, flujos y reflujos”. Esto quiere decir que para enfrentar a la ultraizquierda, a los extremistas, a los ladrones de la Libertad, a los asesinos de la Democracia, hay que tener una mirada alerta en forma permanente porque van cambiando, retroceden, avanzan, vuelven a retroceder, ponen un rostro y luego ellos mismos se desfiguran y presentan otra mueca, son camaleónicos y son hipócritas conversos, tienen seis caras y ningún corazón, son despiadados y no se lamentan nada, mientras en la otra orilla, se les perdona y hasta decimos “hay que sentarnos a conversar con ellos”… ¡No!
Entiendan: Estamos en camino al comunismo, no es una caricatura de izquierda la que gobierna.
Ilustración de la artista sueca Jacqueline Ilijin “handogs”