No existe un solo día en que alguien desde uno de los variopintos, ridículos y esquizofrénicos grupos de izquierda (bipolares evidentemente) demuestren sus niveles de odio y agresividad permanente contra cualquier ciudadano que no comulgue con sus atrocidades. Es “natural” que ladren y que intenten morder a sus objetivos (políticos y mediáticos) para luego tratar de voltear la escena y hacerse las víctimas.
Un clarísimo ritual que llevan en sus escasas neuronas, un alimento propio de sus entrañas delincuenciales, eso es lo que vitaminiza su accionar, enciende el odio, alimenta la justificación de la violencia, el homicidio de la palabra, la matanza de la democracia.
Que un grupo de ciudadanos proteste y grite arengas contra los promotores o justificadores del terrorismo es para las izquierdas –desde sus medios de comunicación y desde sus dirigentes o voceros- un acto de violencia y una agresión. Pero que empujen, lastimen a golpes, lancen escupitajos y griten “muerte” a un Congresista que no es de izquierda, dicen que es un acto de protesta. Todo al revés, manipulación de los hechos, reconversión del delito a una comunión con “la nueva justicia popular” de los que ya no se dicen revolucionarios, sino “progres”.
Y en la cereza del pastel de la podredumbre, desde organismos desinstitucionalizados como la JNJ, ONPE y JNE actuando en abierta e ilegal componenda (acuerdo de intereses) construyen una ilegítima defensa que es recogida por el decano de la prensa peruana diciendo en sus titulares “expulsan a Congresista”, validando así la violencia extremista de gentes que están de una forma u otra relacionadas con el partido comunista Sendero luminoso.
Estamos en un escenario que pretende ser confuso, viendo como las izquierdas encienden la exacerbación del odio, en su ritual de siempre, en su fracaso permanente, como sus revoluciones, claudicantes y cobardes, asesinas de la democracia.
La Libertad no se arrodilla jamás ante la izquierda, jamás. Y si nos dan un golpe, recibirán respuestas, aunque no vamos a esperar ese golpe de la dictadura del enfermizo cuerpo progre, caviar, subversivo, comunista, renegado y asesino. La Libertad se defiende siempre y la Democracia se reconstruye para sellar la tumba de las izquierdas.