En los últimos años, China ha experimentado un formidable crecimiento económico que ha sido coherente con el rol fundamental que viene desempeñando en el comercio internacional, convirtiéndose en uno de los principales proveedores tanto de las economías más importantes como de las emergentes.
En ese sentido, el gran peso comercial que representa el gigante asiático y la variabilidad de sus resultados económicos y de comercio exterior afectan de manera significativa a otras economías, incluyendo el Perú, para el cual es su principal socio comercial. Por dicha razón, ante la reciente publicación de la Administración General de Aduanas de China (GACC, por sus siglas en inglés) —que muestra cifras desalentadoras de comercio exterior del país asiático a julio 2023—, resulta interesante analizar sus principales razones, sus efectos en el comercio exterior peruano y las perspectivas del comercio exterior para los próximos meses.
De acuerdo con cifras preliminares de la GACC, utilizando la moneda estadounidense como referencia, durante el período enero-julio 2023, las exportaciones chinas registraron una caída del 5% interanual, mientras que sus importaciones decayeron un 7.6%. Por su parte, en julio último, las exportaciones chinas al resto del mundo registraron una caída del 14.5% interanual, lo que significó la mayor caída desde febrero de 2020; mientras que las importaciones mostraron un descenso del 12.4% en comparación con el mismo mes del año anterior. Estos resultados revelan un escenario aún más sombrío con relación a los pronósticos, que auguraban un declive del 12.5% para los envíos al exterior y un 5% en las compras de bienes extranjeros.
Según analistas internacionales, la caída del intercambio comercial de China con el resto del mundo durante 2023 se explicaría principalmente por la baja demanda interna e internacional, y las tensiones geopolíticas con las economías más importantes. De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas de China, el indicador de ventas minoristas [1] chinas registró, en julio último, un crecimiento de apenas el 2.5% frente a junio de 2023 (previsión del 4.5%), con lo que registró el cuarto mes consecutivo donde el incremento de las ventas minoristas estuvo por debajo de lo estimado. Asimismo, según reporta el renombrado diario japonés Nikkei, especializado en el sector financiero, los inventarios de productos de las empresas aún no han sido liquidados y la demanda no es lo suficientemente fuerte para que los proveedores aumenten su producción y, en consecuencia, sus envíos al extranjero.
Por otro lado, el aumento de las tensiones en torno a la tecnología de los semiconductores y los continuos llamamientos a la “diversificación” por parte de EE. UU. y la Unión Europea agravan el intercambio comercial de las economías más desarrolladas de Occidente con el gigante asiático. De ese modo, durante el primer semestre de 2023, las exportaciones chinas al país norteamericano se desplomaron un 18.2% frente al mismo período del año anterior, mientras que los envíos a la Unión Europea disminuyeron un 7% interanual.
Por su parte, el intercambio comercial con Perú —país para el que China representa alrededor del 44% de sus operaciones comerciales en el exterior— presentó resultados variados durante el primer semestre de 2023. Según cifras de la Sunat, las exportaciones peruanas al gigante asiático sumaron US$ 11,137 millones al cierre de junio último, lo que significó un incremento del 10.7% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que sería explicado principalmente por el aumento de los envíos del sector minero (US$ 9,975 millones, +12.9%). Por otro lado, las importaciones procedentes de China alcanzaron la cifra de US$ 6,296 millones, lo cual refleja una caída de 18.9% interanual, cifra consistente con el desplome de las exportaciones chinas a nivel global en la actualidad.
En ese sentido, el panorama del comercio exterior chino es incierto dado que existen opiniones divididas. Según expertos entrevistados por el diario Nikkei, el deficiente desempeño de las exportaciones e importaciones chinas refleja indicios de que el crecimiento en el tercer trimestre podría desacelerarse aún más, a raíz del debilitamiento de la actividad de los sectores de construcción, manufactura y servicios, así como la reducción de la inversión extranjera directa en el país asiático.
No obstante, Philip Damas, director ejecutivo de la consultora británica Drewry Shipping Consultants, no considera que exista un colapso de la demanda mundial de productos chinos en un futuro cercano. Si bien reconoce que en el primer semestre se vio un crecimiento bastante bajo de la demanda de contenedores (cercano al estancamiento), existen indicios de que está empezando una nueva temporada alta en China y, en general, en Asia, con aumentos de los precios de fletes marítimos durante las últimas cuatro semanas en las rutas Shanghái-Los Ángeles y Shanghái-Rotterdam en un 42% y un 20%, respectivamente.
[1] Medición mensual de todos los bienes vendidos por minoristas sobre la base de una muestra de tiendas minoristas de diferentes tipos y tamaños, en China, excluyendo automóviles. Es un indicador importante del gasto de los consumidores, que se correlaciona con su nivel de confianza.