El arzobispo de Mendoza volvió a lamentar que familia e Iglesia sufran “la mirada restrictiva de las disposiciones que se adoptan, dada su significación para la vida personal y social” en cuarentena.
Monseñor Marcelo Daniel Colombo, difundió un comunicado con el título “fe y familia, siempre esenciales”, en el que reitera su disconformidad con las medidas del gobierno provincial de restringir la celebración de las misas con fieles.
El prelado expresó que valoraba las palabras del gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, en torno a “la importancia de la salud espiritual de los mendocinos”, pero le pidió que, en la nota que elevará a las autoridades nacionales, respalde con “énfasis el pedido de habilitación para las celebraciones religiosas y los encuentros de familia”.
“Pido a Dios que suscite capacidad de diálogo y de comprensión en quienes nos gobiernan, a nivel nacional, provincial y municipal. Estos largos meses de aislamiento y restricciones tienen enormes efectos sobre nuestras vidas, sobre nuestros vínculos, sobre nuestras expectativas, sueños y proyectos, además del impacto emocional y psicológico, y su evidente incidencia sobre la economía. Ya no estamos en el 20 de marzo donde una incipiente cuarentena parecía concluir en quince días”, planteó.
Por eso, monseñor Colombo pidió con respeto a los gobernantes que “evalúen esos efectos y sepan articular con inteligencia, junto a las medidas sanitarias y de gobierno, aquellas otras que nos animen a emprender un camino fecundo de vida, con ejercicio de una exigente y creciente responsabilidad personal”.
Frente al nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia, dictado en horas de la noche por el Presidente Alberto Fernández, el representante de la Iglesia dijo:
Como muchos de Uds., sacerdotes y laicos, experimento con frustración que una vez más familia e Iglesia sufran la mirada restrictiva de las disposiciones que se adoptan, dada su significación para la vida personal y social.
Templos grandes y espaciosos como muchas de nuestras iglesias deberían poder recibir en sus celebraciones un porcentaje de la capacidad de ocupación.
Estos largos meses de aislamientos y restricciones tienen enormes efectos sobre nuestras vidas, sobre nuestros vínculos, sobre nuestras expectativas, sueños y proyectos, además del impacto emocional y psicológico, y su evidente incidencia sobre la economía.
Con todo respeto pido a nuestros gobernantes que evalúen esos efectos y sepan articular con inteligencia, junto a las medidas sanitarias y de gobierno, aquellas otras que nos animen a emprender un camino fecundo de vida, con ejercicio de una exigente y creciente responsabilidad personal.