Previo al 4 de Julio, fiestas patrias en los Estados Unidos, el presidente Donald J Trump concretó un nuevo triunfo político con la aprobación “The One Big Beautiful Bill”, como nombro al proyecto de ley que incluía las modificaciones presupuestales para cumplir sus promesas de campaña, recortes y acciones para hacer América, más fuerte, segura y prospera.
La aprobación de la ley confirma que en los primeros seis meses de la administración Trump, se ha dedicado plenamente a la Agenda de América Primero. Donde ha mostrado acción, pero también resultados. Aunque no se lograron todos los que salieron por su boca. Pero puedo afirmar, que este triunfo político se ha venido concretando desde el día uno. Si, desde que el mismo día en que el presidente puso el nombre a la ley; y está, fue superando, con la participación de diversos actores políticos, todos los embates realizados para detenerla.
Los demócratas movilizaron todas sus estructuras, sus organizaciones de activistas, prensa y medios de comunicación, hasta lobbies y organizaciones no partidistas para que contribuyan con trabajo técnico. Se acuño un slogan central: la “Big Beautiful Bill” corta dinero de los pobres para dárselo a los más ricos. Se intento aplicar la Regla Byrd sobre directrices presupuestales. La misma que fue precisada en su aplicación, dado que funcionarios no pueden impedir aquello que es función de senadores.
Por otro lado, en los discursos y exposiciones durante el periodo se acentuó la retórica, se habló del giro “autoritario” en la administración Trump, se dio a conocer los efectos de la agenda que vienen ejecutando en cuanto a migración y los aranceles, y por todos los medios, se insistió para que se llamen a sus representantes solicitando el voto en contra. Debo resumir que fue una campaña intensa.
La aprobación de un documento de mil páginas obviamente tiene miles de ganadores y perdedores, pero dos de ellos fueron responsables del éxito político, el representante republicano Mike Johnson, Speaker of the House; y al vicepresidente JD Vance. Aunque, todos los involucrados en la defensa de la norma asumieron la estrategia. Puedo decir que, de Rey a paje, se centraron en el debate de los puntos que eran de su interés y conveniencia.
Así se pudieron observar defensas durísimas, enrostrando el despilfarro y el gasto imprudente y temerario realizado por la administración anterior. Con tanta convicción y descaro por la seguridad que se hacía lo correcto de acuerdo con sus electores. Este hecho considero ayudó a mantener solides dentro de la bancada republicana para el momento de las votaciones.
Por parte de la Casa Blanca, se incluyó estrategia comunicacional digital masiva, y apoyo al equipo de asuntos legislativos, centrándose en el voto dirimente del vicepresidente JD Vance y en utilizar la fuerza presidencial para obtener el voto de uno de los tres senadores republicanos que se oponían al proyecto.
El Senador Rand Paul por Kentucky, la Senadora Susan Collins por Maine y la Senadora Lisa Mulkowski por Alaska. Esta última fue quien recibió la llamada del presidente Trump, con quien concretó los conceptos necesarios a favor de su estado, y le otorgó el triunfo en Senadores. Triunfo que luego se convalidado en la casa de representantes con una votación de 218 de los 220 republicanos elegidos.
Por esta acción considero que se dejó “fuera de juego” o disminuidos a los senadores Rand Paul y Susan Collins. Porque siempre es previsible encontrar alguna oposición, no con el propósito de vetar, sino el de obtener alguna ganancia. Sin embargo, al no hacerlos participes de la solución se les dejo fuera del juego político, con consecuencias posibles en sus propios estados a futuro.
Pero la estrategia, que he descrito es conocida. Puedo decir, que incluso se estudia en ciencia política 101, porque es la más común y previsible, e incluso repetida en la historia parlamentaria de cualquier país. Por lo tanto, lo que llama la atención, ha sido la poca efectividad del partido demócrata para hacerle frente y no poder quebrar la unidad de sus colegas republicanos. Sobre todo, entre los moderados.
A mi entender la aprobación del Big Beautiful Bill ha concretado tres cosas; 1) integración de propósito dentro de la bancada republicana con respecto del movimiento que encabezó el presidente Trump, 2) La percepción que el presidente Trump se ha apoderado del partido republicano a pesar de no representar a los republicanos moderados; y 3) inclusión de nuevos temas en estados estratégicos para la campaña de medio termino.
Me refiero a las campañas en estados con senadores demócratas como Oregón, Colorado, Illinois, New Jersey, Massachussets y Virginia; y las campañas estados calificados como inciertos por su votación: como Georgia, North Carolina, Maine, Nuevo Hampshire, Michigan, Minnesota, Nebraska, Iowa y Ohio. En general el traslado realizado del Medicaid y Medicare para que sean atendidos con recursos estatales ha incluido este tema a las campañas de medio termino.
Ojo, estoy seleccionado estos estados en base a la política. Los 16 nombrados se pueden considerar inciertos, o actualmente demócratas, de un total de 50. Con este número, la actual mayoría republicana se podría consolidar en casi indestructible, para la segunda mitad del mandato. Porque es consenso que se necesita una gran transformación en los gobiernos dentro de los Estados Unidos sea federal, estatales y locales.
Por otro lado, el gráfico adjunto muestra los déficits acumulados en la última década para los tres niveles de gobierno. Lo que incluye, por tanto, la necesidad de seguir priorizando y recortando gastos de manera simple y coherente para hacer que América sea más fuerte segura y prospera. Porque si bien en los últimos 25 años el GDP ha crecido 50.2% en términos reales, la deuda pública se ha más que duplicado en el mismo periodo, pasando de 55.3% en el 2001 a 122.5% del GDP en el 2025.
No olvidemos, la disminución de impuestos que originó el crecimiento de la deuda fue validada por ambos partidos. (aunque sea a regañadientes, pero fue validada). Comprometiendo a futuras generaciones y haciendo necesario, más que nunca, que el gasto a realizar en el futuro sea mucho más productivo. Ello porque se inició en el 2001 y se mantuvo con escasa variación durante 25 años.
Sin embargo, no existe consenso en cuanto al gasto (uso de los recursos) en lo que conocíamos como un “bipartidismo matizado” por la existencia de matices dentro de ambos partidos. Sin embargo, ello al parecer ya no ocurre, no al menos dentro del partido republicano porque la agenda de America First ha ganado consenso. Mientras que en el partido demócrata está ganando fuerza el matiz extremo, que tiene voz con Ocasio Cortez, Sanders y Mandany, pero no relato en lo presupuestal.
Termino indicando que ustedes conocen de mi esfuerzo por defender la legitimidad fiscal en el uso de los dineros de los tributos. Es decir, desterrar, en todo nivel de gobierno, el despilfarro, la inepcia, el clientelismo, el entreguismo y la indiferencia con el dinero de los impuestos. No solo la responsabilidad fiscal que implica mantener control de la deuda. Por lo tanto, la ¿Big Beautiful Bill aumentara la deuda? Si. Pero su aprobación era indispensable porque las promesas electorales estarán financiadas. ¿Se hicieron ahorros? Si. Pero el monto de la deuda actual hace necesario mayores esfuerzos.
Por ello debemos estar muy atentos, porque por ejemplo los recortes proyectados en Medicaid y Medicare se materializarán en el nivel estatal. Dependiendo del trabajo que se realice en ese nivel, se podrá hacer, que sean los menores posibles. A pesar de que es conocido que, en estados como California, New York, Florida y el propio Distrito Federal entre otros, por ejemplo, tienen problemas estructurales de ingresos con cifras que llegan a los miles de millones de dólares. Siendo por lo tanto muy necesario el trabajo de revisión de la gestión que permita generar los ahorros suficientes a ese nivel. Porque esto no ha terminado. Recién empieza.