Asistimos hoy a un festival de ganancias indebidas, que claman al Cielo, sin que nadie mueva un dedo para impedirlas y se han convertido en algo común, como si fuera lo más normal del mundo.
El lucro en la educación
Se habla mucho de corrupción y no se suele poner el reflector en cantidad de organizaciones educativas que tienen como finalidad lucrar. En los ámbitos educativos abundan colegios y universidades que son “full” negocio. Los organizadores multiplican los puestos, para que sus amigos o los beneficiados, obtengan unas ganancias a cambio de favores, que en otras circunstancias deben pagar.
Los negocios ilícitos y trampas para obtener ganancias en muchas instituciones educativas están a la vista, por ejemplo, ponerse de acuerdo con una editorial para negociar con la venta de los libros a los alumnos; también los cobros indebidos, fuera de los presupuestos establecidos.
Es verdad que algunas instituciones educativas sobreviven con lo justo y otras tienen serios problemas para subsistir, pero no podemos dejar de afirmar que hoy por hoy la educación se ha convertido en un gran negocio. Además, no faltan denuncias por las coimas que, de modo personal, se piden en no pocas instituciones para conseguir pasar el año o para que el profesor les eleve una nota.
Con bastante frecuencia salen a la luz las denuncias de ingresos fraudulentos a las universidades con la copia o compras de exámenes.
Peculado y cohecho en los organismos públicos
Muchas instituciones del Estado se han convertido en agencias de empleo, solo para los amigos o conocidos. Existen Instituciones que son una “olla de grillos” donde se venden los puestos a cambio de favorecer a determinadas ideologías políticas. Hay que pagar coima. Los criterios de moralidad y de eficiencia personal se han cambiado por criterios de conveniencia, para hacer grandes negocios con el dinero ajeno, que es el dinero de todos los ciudadanos.
Hay una suerte de repartija entre compadres y “amigotes” que son colocados en puestos, no por los méritos propios, sino por la “vara” que han conseguido por pertenecer a un contubernio (hay miles). Lo que buscan, antes que nada. es llenar los bolsillos de sus allegados.
Las coimas se han convertido en un mal endémico que afecta a todos los sectores de la sociedad.
Se negocia con la salud elevando los precios cuando los productos son escasos. Lo hemos visto con el oxígeno en tiempos de pandemia, se elevan los precios de los medios de transporte cuando hay mayor necesidad, sin ningún escrúpulo se acaparan los productos de primera necesidad para elevar los precios, se compran los lugares preferenciales en las colas, se revenden las entradas de los espectáculos públicos cuando son escasas.
La malicia del negocio indebido
En la sangre de muchos pobladores hay una suerte de ambición por querer aprovecharse de los demás para el beneficio propio y esto es algo constante que se suma al aumento de la delincuencia con robos a cualquier hora del día y en cualquier barrio de la ciudad.
Las coimas se han convertido en un mal endémico
Se empieza por elegir autoridades idóneas que hagan cumplir la ley y que luchen denodadamente contra la informalidad: cuidar la calidad de la educación en los colegios y en las universidades, hacer que se respeten las reglas de tránsito, regular el transporte quitando de circulación los vehículos viejos y deteriorados que son un peligro, arreglar las carreteras y veredas, elevar los sueldos de los trabajadores competentes y eliminar la piratería, etc.
Cuando una persona mira con nobleza algo que está mal lo primero que dice es: “¡esto hay que cambiarlo por completo!”. Un edificio no se puede construir con un material deteriorado; tampoco se puede construir una sociedad con personas y sistemas deteriorados que no respeten los valores y la dignidad del ser humano.
Para tener en cuenta:
“Infamia es una maldad o vileza que afecta el honor o el crédito de una persona”, (Diccionario).
“La infamia se obtiene por el solo hecho de haber realizado un acto contrario a la moral, el orden público y las buenas costumbres, por ejemplo, lucrar con la educación” (Diccionario).
“Indecencia es la falta, carencia o privación de compostura, honestidad o la dignidad mediante una acción o palabra. Dicho o hecho deshonroso, indecoroso, bochornoso e inmoral” (Diccionario).