Oficiales y tropas de los servicios de inteligencia y de la Policía al servicio del gobierno comunista de Nicaragua detuvieron violentamente a dos sacerdotes católicos la tarde de este jueves en Matagalpa. Se trata de Monseñor Ulises Vega, Vicario Judicial de la Diócesis de Matagalpa, párroco de San Ramón, y de Monseñor Edgar Sacasa, Vicario Pastoral, párroco de San Isidro. Ambos estaban a cargo de la Diócesis de Matagalpa, que quedó acéfala por la abusiva y prolongada detención, tortura y luego destierro del obispo, Monseñor Rolando Álvarez.
“A los dos les correspondía presidir las celebraciones especiales en las parroquias y continuar la Misión en el campo y la ciudad, en estos tiempos tan difíciles para la Iglesia en Nicaragua”, añadió la fuente.
La detención de estos religiosos, es parte de la sistemática y permanente persecución que mantiene la dictadura comunista de los esposos y dirigentes extremistas Daniel Ortega y su vicepresidenta, Rosario Murillo, contra la iglesia católica de Nicaragua.
La más reciente acción represiva fue la prohibición de la ordenación sacerdotal de tres diáconos en la catedral de Estelí que estaba a cargo del sacerdote Fruto Valle Salmerón, a quien luego le impusieron seminario por cárcel. El sacerdote Valle Salmerón se encuentra recluido y aislado con supervisión carcelaria, en el seminario Nuestra Señora de Fátima de Managua.
Prohíben en Nicaragua la ordenación de tres sacerdotes y detienen a un párroco de 80 años
Tras prohibir las ordenaciones, la policía trasladó a Managua al P. Frutos Valle Salmerón, a cargo de la iglesia catedral de Estelí y administrador “ad omnia” de la diócesis
Hasta el momento, se desconoce cuándo podría realizarse la ordenación sacerdotal de los tres diáconos: “Esperamos que se lleven a cabo porque las cosas de Dios son sagradas”, dicen los familiares.
La persecución comunista a la Iglesia Católica en Nicaragua no cesa.
La Policía Nacional, controlada por el régimen Ortega-Murillo, se presentó en la oficina parroquial de la catedral Nuestra Señora del Rosario, de la diócesis de Estelí, a cargo del padre Frutos Constantino Valle Salmerón, para ordenar la prohibición de la ordenación sacerdotal de los diáconos Kelin José Martínez Rayo, Wendell Fuentes Chavarría y Ervin Joel Hernández Umanzor, que debía realizarse el sábado 27 de julio en el templo diocesano, por la imposición de manos del obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), monseñor Carlos Herrera.
La orden policial especificaba que “estaba prohibida cualquier actividad de esa naturaleza“, sin explicar las razones.
El seminario a modo de cárcel para el sacerdote Frutos Valle
El mismo viernes 26 de julio, horas después de que los oficiales de la policía notificaran que “no estaba autorizada la ordenación sacerdotal” de los tres diáconos, el padre Frutos Valle Salmerón, de casi 80 años de edad, fue trasladado al Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima, en Managua. Según manifestó la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, el sacerdote tiene “seminario por cárcel: está vigilado para que no escape”.
“El sacerdote Valle Salmerón había sido nombrado, hacía siete meses como administrador ad omnia de la diócesis de Estelí”
“Desde hace varios días, tenían vigilado al cura. También, existen tres sacerdotes más de la diócesis de Estelí que están en vigilancia permanente”, afirmó Molina, autora del estudio “Nicaragua, una Iglesia perseguida”. Molina alertó asimismo que se teme el encarcelamiento de esos tres sacerdotes, de los cuales no se quiso publicar los nombres.
Frutos Valle Salmerón tiene 79 años de edad y 50 en el sacerdocio. Fue nombrado administrador ad omnia de la diócesis de Estelí el pasado 11 de enero de 2024, ante la ausencia forzada del obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez, quien fue desterrado al Vaticano el 13 de enero de 2024. Con su traslado a Manuagua y la imposición de “seminario por cárcel”, la diócesis de Estelí queda nuevamente sin un líder oficial en el territorio.
La ordenación sacerdotal hubiera sido presidida por monseñor Carlos Herrera, quien, el pasado 20 de julio de 2024, ordenó a un sacerdote y siete nuevos diáconos, en la primera ordenación sacerdotal y diaconal en Matagalpa desde el destierro de monseñor Álvarez.
“Con un corazón lleno de esperanza, gozo y salud espiritual, quiero informarles que la ordenación sacerdotal de este indigno servidor del Señor fue cancelada por razones que aún no están claras, pero que son externas a nuestra vida eclesial”, dijo el diácono Wendel Fuertes, en un comunicado que compartió tras suspenderse su ordenación sacerdotal.
“Los animo a seguir rezando por las vocaciones sacerdotales; esperamos que pronto Dios nos permita servir más y mejor a esta diócesis como presbíteros”, agregó.
Ruegan a Dios por la ordenación sacerdotal de sus hijos
Hasta el momento, se desconoce cuándo podría realizarse la ordenación sacerdotal de los tres diáconos. Ante esta situación, los padres de familias de 15 jóvenes diáconos que se ordenarían sacerdotes el próximo 16 de agosto en la catedral metropolitana de Managua, bajo la autoridad del cardenal Leopoldo Brenes, se mostraron muy preocupados de que sus hijos corran con el mismo obstáculo, por lo que pidieron oraciones a Dios para evitarlo.
“Nos hemos dado cuenta, a través de los medios de comunicación independientes, de lo que hizo la Policía con los diáconos que se iban a ordenar en la catedral de Estelí, al impedir una obra del Señor. Como familiares de uno de los próximos sacerdotes a ordenarse aquí en Managua, esperamos ver realizada esta misión, que es de Dios y no de los seres humanos, por lo que esperamos que se lleven a cabo esas ordenaciones, porque las cosas de Dios son sagradas. Rogamos a Dios poder ver la investidura de esos muchachos bajo el ministerio sacerdotal sin ningún inconveniente”, comentó un familiar bajo anonimato.
Recientemente, el Grupo de Expertos de Naciones Unidas sobre Nicaragua, presentó un informe sobre la persecución religiosa en el país, en el que denunciaron que sacerdotes católicos que estuvieron presos fueron torturados y sufrieron “desnudez forzada”, además de los impedimentos impuestos para realizar las procesiones que acostumbra la iglesia católica.
“La persecución de miembros de la Iglesia católica y de otras confesiones cristianas también violó el derecho de miles de personas de practicar libre y públicamente su derecho a la libertad de religión, con efectos en otros derechos, como la libertad de conciencia, expresión y opinión”, se expresó en dicho informe.
Con información corroborada desde Nicaragua, vía 100% Noticias, Vatican news, Religión Digital y Fernando Ramírez, corresponsal en Managua de Minuto Digital news.