“Esperamos que otros lo hagan”, porque –lógicamente pensamos-, para eso fueron elegidos como autoridades pero no trabajan como tales, sino como cualquier otra cosa alejada de las responsabilidades, porque función de Estado no se evidencia, gestión de gobierno, tampoco.
Ministros que no hablan, que ocultan sus antecedentes penales, que conspiran contra el país y otros que cuando se dirigen a los medios o la sociedad lo hacen de forma agresiva y escandalosa. Ministros que no trabajan y se pasean por el país tomándose fotos para su Facebook, o viajando siempre en fines de semana para supervisar sus errores y nula gestión, o para ser condecorados en algún pueblo por las promesas que les van a hacer y nunca cumplir.
Entonces viene a la reflexión la frase de alguien, en algún medio virtual, en las redes, que afirma la necesidad de dejar de lado temas poco edificantes, y pasar a lo que en verdad hace falta, es decir, entre otras cosas, a la economía de las familias, un camino de iguales oportunidades para todos los jóvenes, educación en valores y virtudes desde la niñez, el impulso, fomento y estímulo a la vida en comunidad. Es decir, hacer de las personas el punto principal de todas las políticas públicas para que desde casa, desde la familia, desde cada individualidad se nutra y se formen ciudadanos hoy y para mañana.
Pero lamentablemente esas frases de la necesidad de una prioridad hacia la gente, son inmediatamente superadas y olvidadas por el editorial del criterio incómodo de algunos medios adscritos, hipotecados, alquilados de rodillas al poder político temporal o sometidos por propia voluntad al dinero que no produce el ejercicio empresarial privado del periodismo –radio, TV, diarios, revistas tipo semanarios-, hablando todo el tiempo de lo mismo…. el discurso político, el indulto, la vacancia, quien es más ladrón en la política o cómo se reinventan ladrones atacando la honra ajena, el matar a los niños por nacer interrumpiendo el embarazo, lo que quieren hacer dos o tres o más personas de un mismo sexo en reemplazo de la familia o su identidad, facilitar el trámite del divorcio en vez del reconocimiento de la familia matrimonial, por citar algunos casos.
No nos damos cuenta pero nos están dejando de lado y en eso, más que los mediocres políticos que abundan sobre las excepciones racionales, se reproducen los que quieren hacer desde la prensa adicta al poder, una suerte de mueca a las libertades, el arma perfecta de la manipulación masiva.
Discrepar o tener cada quien su propio criterio o pensamiento es justo, respetable. Pero no quiere decir que uno se va a callar por miedo a quedar mal o evitarse el problema que a uno le consideren muy conservador, muy de derecha, muy cristiano. No hablemos de militantes, sino de peruanos.
Si todo es escándalo y la mayoría de medios lo promueve … ¿Porqué no dejarlos de lado y reemplazarlos por la verdad, la Libertad y nuestros principios?