El Dicasterio (ministerio) para el Desarrollo Humano Integral del Vaticano creó esta semana una comisión, o grupo de trabajo, formada por el obispo de Monreale, así como por juristas y expertos laicos y religiosos para estudiar la excomunión de los mafiosos y los corruptos, tal y como lo condenara San Juan Pablo II en el “Valle de los Templos” de Agrigento en mayo de 1993.
La mafia fue definida en Palermo, en 2010 como “camino a la muerte” por Benedicto XVI y, Francisco en 2014, definió la “Ndrangheta” como “adoración del mal y desprecio por el bien común” y agregó que la mafia “no está en comunión con Dios: está excomulgada”; sin embargo, solo hasta ahora tomó cartas jurídicas sobre el asunto, con el objetivo de profundizar en el tema, colaborar con los obispos del mundo, promover y apoyar iniciativas en contra de las acciones delincuenciales organizadas, lo cual, está incluido en el párrafo 28 de la reciente encíclica pontificia Fratelli tutti, donde Francisco destaca cómo la “soledad, los miedos y la inseguridad de tantas personas, que se sienten abandonadas por el sistema hacen que se cree un caldo de cultivo para las mafias”.
También es un homenaje al Beato Rosario Livatino, primer magistrado beato de la historia de la Iglesia, que ejerció con valentía su profesión y fue asesinado el 21 de septiembre de 1990 por la mafia en Canicattì, localidad de Agrigento, convirtiéndose en “mártir de la justicia y de la fe” y sobre el cual, el Papa ha dicho: “En su servicio a la comunidad como juez recto, que nunca se dejó corromper, se esforzó por juzgar no para condenar sino para redimir”… “Su trabajo lo puso siempre bajo la protección de Dios, por eso se convirtió en un testigo del Evangelio hasta su muerte heroica. Que su ejemplo sea para todos, especialmente para los magistrados, un estímulo para ser fieles defensores de la legalidad y la libertad”.
Livatino, escribía en sus agendas “STB, Sub Tutela Dei”, que significa “Bajo la protección de Dios”, escena similar a la que en 1985 ocurrió en el Palacio de Justicia de Colombia, cuando el magistrado de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Montoya Gil, supernumerario del opus Dei, empuñando el Santo Rosario, fue asesinado por la narco guerrilla, patrocinada por Pablo Escobar.
Para Francisco, las estructuras mafiosas son contrarias al evangelio de Cristo, pues cambian la fe por la idolatría, como lo recordó igualmente el 21 de marzo, fecha en la cual Italia conmemora el “Día del recuerdo y del compromiso en memoria de las víctimas inocentes de las mafias”. Por supuesto, hay irreconciliabilidad entre el Evangelio y la Mafia y, eso lo tienen claro, igualmente, quienes han sido víctimas de la violencia del hampa organizada.
El contacto con la citada Comisión, se puede realizar vía correo electrónico en esta dirección [email protected] en la cual pueden manifestarse ideas que desarrollen lo que fue la iniciativa sobre este tema dentro de los propósitos del Dicasterio presidido por el cardenal Peter Turkson, que ya había creado, en agosto de 2018, una red global internacional contra la corrupción, el crimen organizado y las mafias.
El Vaticano no ha sido ajeno ni a las mafias, ni a los temas de corrupción; tanto así, que recientemente expidió una reglamentación sobre transparencia en la contratación de servicios, legislación se basa en varios principios fundamentales, entre ellos: la ética en la orientación de las opciones económicas y los interlocutores sobre parámetros de respeto a la doctrina social de la Iglesia.
Todo lo que lleva, incluso a tomar medidas adecuadas para combatir el fraude y la corrupción, así como para identificar, prevenir y resolver eficazmente cualquier hipótesis de conflicto de intereses en la realización de los procedimientos de adjudicación de contratos públicos, con el fin de evitar cualquier distorsión de la competencia y garantizar la igualdad de trato de todos los operadores económicos, tomando medidas cautelares que impidan contratar en el Vaticano, entre otros, a quienes estén siendo investigados o hubiesen sido investigados y condenados por:
- Participación en una organización criminal
- Corrupción
- Fraude
- Delitos de terrorismo o delitos relacionados con actividades terroristas
- Blanqueo de capitales o financiación del terrorismo
- Explotación del trabajo infantil, formas de trata o explotación de seres humanos
- Delitos graves que afecten a la moral profesional.
De esta forma, la Secretaría de Economía, previa consulta a la Auditoría General, también en cumplimiento de la legislación internacional aplicable a la Santa Sede o de la que forma parte, podrá adoptar medidas políticas específicas para combatir el fraude, el clientelismo y la corrupción y para prevenir, identificando y resolviendo eficazmente los conflictos de interés que surjan en la realización de los procedimientos con el fin de evitar cualquier distorsión de la competencia y asegurar la transparencia y la igualdad de trato.
Fotografía referencial de religiondigital.org