Víctor Andrés Belaunde (1883-1966) es desterrado por el gobierno de Leguía en 1921 y, hasta su retorno al Perú en 1930, se establece en Estados Unidos. Ejerce su oficio de profesor universitario y fruto de esa labor intelectual son unas conferencias impartidas en el “Rice Institute” de Houston y publicadas en inglés en 1923. La Universidad de San Pablo (Arequipa), bajo el cuidado de Domingo García Belaunde, editó las cinco conferencias con el título de “Hispanoamérica” (2010). Son pequeños ensayos históricos en donde Belaunde reflexiona sobre el destino de las nuevas repúblicas nacidas después de las gestas emancipadoras iniciadas en 1810.
Belaunde, con la libertad de la pluma del ensayista, recorre la cultura, la historia política y los ideales que configuran la América hispana de hace cien años. Es consciente de la precariedad económica, así como de la inestabilidad política regional del momento, pero también se nota la esperanza que se abre para el Perú desde 1895 en donde parece que nuestro destino toma cauces democráticos. Las conferencias, pensadas a trazos anchos, reflejan los intereses intelectuales de Belaunde que desarrollará más adelante en sus libros “La realidad nacional”, “Debate Constitucional” y, sobre todo, “Peruanidad”. Pocos años antes, en 1918, había fundado la Revista de Humanidades “Mercurio Peruano”.
Las conferencias de Belaunde leídas ahora tienen un valor desigual. El tiempo y la investigación historiográfica de los últimos años nos dan una perspectiva histórica diversa a la que tuvo el ilustre arequipeño. Hay mucho de perecedero en estos escritos (por ejemplo el titulado “Comunismo incaico y bolchevismo”), pero también hay de permanente como se puede apreciar en los ensayos dedicados a entender la cultura e ideales de Hispanoamérica. Especial interés tiene el ensayo sobre el centenario de la independencia sudamericana. Todavía estaba viva en la intelectualidad de entonces la pregunta de si a la vida independiente habíamos llegado prematuramente o más bien tarde, una especie de nacimiento a lo Benjamin Button, nacido extrañamente viejo.
Ahora, en el bicentenario de la independencia me parece que la preocupación es otra: son doscientos años de vida republicana, ¿Quiénes somos?, ¿Qué nos identifica?, ¿Cómo nos insertamos en el concierto mundial globalizado? La mirada pasa rápido de la ominosa cadena y se detiene más bien en el horizonte del futuro.
Belaunde habla de Hispanoamérica: México, Centro América, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile… Origen y destino comunes. Todos unidos en el nuevo mundo americano, en diálogo con la cultura anglosajona representada por Estados Unidos. El anhelo de la unidad americana.
Han pasado más de cien años y mi impresión es que cada país ha bailado con su pañuelo al ritmo de un solo de cajón. Confluencia, más bien escasa. En cierta medida nos hemos hecho más insulares, cada país a lo suyo.
Queda todavía mucho camino por andar para conseguir la unidad latinoamericana que, por otro lado, se ve conveniente. Es el sueño de los libertadores de América, es el sueño de Víctor Andrés Belaunde y es el legado por el que hemos de trabajar para entregarlo a las generaciones futuras.