Nunca hubo un “milagro económico” peruano, las altas tasas de crecimiento que alcanzamos entre fines del siglo XX y el 2011 apenas empezaban a devolvernos a aquella relativa normalidad de la que gozamos a mediados de los años 50. Pero hoy la dictadura de Vizcarra vuelve a poner al país cuesta abajo en la rodada.
El 2019 nuestro crecimiento pasará de un estimado 3.6% a un insuficiente 2.4%; el endeudamiento externo está en su nivel más alto en 10 años, sobrepasando el 25.8% del PBI; hay aproximadamente 2,675 proyectos en los que no se ha invertido un centavo, desde obras de saneamiento básico en salud y educación hasta trabajos de mantenimiento esencial en infraestructura de transportes y comunicaciones.
Fuente INEI, agregado circular de Lampadia
En el caso de Cancillería la ejecución presupuestal de apenas un 8% es patético en un mundo globalizado al cual podemos ofrecer un stock de inversiones de más de 500 mil millones de dólares. En cuanto al desempleo, solo en Lima (más de un tercio de la población total del país) hemos pasado de 5.8% a 6.4% entre agosto – octubre, así hay más de 338 mil 200 ciudadanos en paro.
Por contraste, el gasto corriente se desborda. La creación de un Estado paralelo vía consultores y asesores, además de peligroso por su desregulación y ausencia de control, nos cuesta 2,165 millones de soles. Mientras se alimenta a las argollas activistas del régimen, sigue sin desarrollarse una carrera pública; los procesos se interrumpen en todos los sectores; no se invierte en obra pública y el gasto corriente crece absurdamente: el 2010 existía aproximadamente un millón 346 mil servidores públicos, hoy bordeamos los dos millones, sin que existan cifras confiables.
Y en cuanto a la pobreza multidimensional todavía contamos con unos cuatro millones de compatriotas sumidos en la miseria, más casi un millón de refugiados venezolanos. Sumado a lo anterior el pago vendepatria de 524 millones de soles a la criminal Odebrecht a cambio de nada, equivale a sacrificar la construcción de cinco hospitales principales en la República.
En fin, abundan los indicadores negativos y no hay un solo logro económico de una dictadura que abusa de los decretos de urgencia para necedades, mientras sigue culpando de todos los males al Congreso que ha disuelto. Pero por su incapacidad, sus delitos de corrupción y por llevar al país al abismo, Vizcarra pronto será juzgado. Recuerden, no hay crimen social que no se pague.
Hugo Guerra @@ugluis escribió esta columna el 17/12/2020