Penosas fiestas patrias: estamos en manos de un gobierno débil, corrupto e incompetente, dispuesto a mantenerse sobre la base de la extorsión, el avasallamiento de poderes y el golpe de Estado.
En Tía María los comunistas humillan a Vizcarra y a la nación evidenciando la incapacidad de sostener políticas de desarrollo coherentes y la carencia de la autoridad legítima y moral del Estado por encima de extremistas que imponen la falsa dicotomía de “agua sí, mina no”.
Se abren las puertas subversivas en la macro región sur. En Puno, Cusco, Apurímac y Tacna se preparan protestas y revueltas. En la selva los atentados contra el oleoducto se multiplican, mientras las autoridades practican la política del avestruz. La CGTP anuncia una huelga nacional y en el Vraem el terrorismo avanza con la escandalosa participación activa del Hezbollah islámico. Si no hay reacción inmediata el camino al 2021 estará plagado de muy graves tensiones sociales y violencia difícil de controlar.
Se verifica, entre tanto, que la negociación con Odebrecht fue vendepatria. Los fiscales siempre supieron de las prebendas en el Gasoducto sur, no impidieron la homologación del acuerdo, permitieron que los brasileños vendieran sus activos y ahora paradójicamente el Estado es demandado para entregar el saldo de la venta indebida de la represa Chaglla.
Vizcarra se encargó de sacar al fiscal Chávarry para esconder su corrupción y la del club de la construcción; junto a IDL tramó la captura del Ministerio Público y el PJ; persigue a la oposición con farsas judiciales y presiones oscuras de la policía política; y EXPRESO aporta pruebas de que el caso de los “Cuellos Blancos” fue una maniobra distractiva montada con el concurso del cartel mediático.
Y mientras el país entra en recesión (el PBI anual crecerá menos de 3 %), el felón Del Solar se encarga de tramar un pacto para controlar el Congreso con el traidor Salaverry. En paralelo insiste con la amenaza golpista de cerrar el Parlamento so pretexto de que no se ha respetado la “esencia” de reformas políticas que siguen siendo un mamarracho de los “notables”.
En este contexto, la justa detención de Toledo confirma que estamos en vísperas de que se conozcan las profundidades abisales de la corrupción estructural de esa República que el apátrida Vargas Llosa tanto desprecia.
Tiempos duros los que nos toca afrontar. ¡No queda de otra: exijamos la vacancia presidencial y preparemos la resistencia para que la patria no se desmorone!