La muerte de un parlamentario de izquierda motivó que se postergara la decisión sobre la investidura del Gabinete de Mirtha Vásquez; junto con ello se ha paralizado a un país que, pese al drama económico, se da el lujo de tener un feriado improductivo de cuatro días.
Mientras tanto, el Gobierno ha hecho de las suyas burlándose de la nación. Castillo ha asistido a un Gabinete binacional en Bolivia, país que por acción de los comunistas que lo gobiernan se ha constituido en enemigo claro del Perú. Evo Morales, el verdadero dictador del país altiplánico desde las sombras, alienta la secesión del sur de nuestra patria con el proyecto socialista Runa Sur.
Allá el del sombrero se siente como “en su casa” y hasta hoy no ha retirado el compromiso asumido durante su campaña de darle una salida soberana al mar a los bolivianos por nuestro territorio, y tampoco ha sido juzgado como debería hacerse, por traición a la patria. Socarronamente contesta a sus críticos organizando una monumental fiesta infantil para su hija en palacio y oficializando dos nuevos partidos comunistas.
Entre tanto, el ministro de Economía, Pedro Francke, ha pedido facultades legislativas basado en el odio de clases y no en la necesidad urgente de generar confianza para captar más inversiones productivas.
Por su lado la lucha contra el narcotráfico está interrumpida, los antimineros han incurrido en acciones terroristas que obligan a paralizar las operaciones en Antamina, mientras la violencia sigue en Las Bambas y en las instalaciones del oleoducto nor peruano.
Paralelamente se siguen causando destrozos en la institucionalidad de Relaciones Exteriores, la Policía, el Ministerio del Interior, Migraciones, Educación, Cultura y otros sectores, con lo cual el Estado está entrando al caos. Por supuesto el mercado acusa el golpe y la proyección del tipo de cambio es que para el próximo viernes superaríamos los 4.20 soles por dólar.
¿Qué falta? El 8 de noviembre comienza el paro nacional de transportes, luego debe darse a conocer el veredicto inicial sobre la ilegalidad de las elecciones generales y en Gamarra se alista una protesta gigantesca.
El país no puede seguir en esta sucesión de inestabilidad y desorden. Claramente el culpable de todo es Pedro Castillo Terrones y es él quien debe pagar las consecuencias con la única salida posible: su vacancia.