Extrañamente el debate político y periodístico sobre las vacunas chinas está pasando por alto una información clave: que Sinopharm hace una semana y media descalificó la calidad científica del informe que estaba preparando la Universidad Cayetano Heredia (UPCH). Con lo cual queda demostrado que el propio fabricante dejó sin argumentos válidos tanto al gobierno peruano cuanto a la universidad, evidenciado la grotesca mentira oficial que se generó desde el primer día.
Efectivamente en un comunicado del 6 de marzo emitido por la embajada china vía Twitter se recoge un documento de Sinopharm en el cual confirman que la denuncia hecha en Willax TV por el doctor Ernesto Bustamante es cierta, porque el Informe universitario contiene “datos no verificados, no científicos, imprecisos e incompletos”.
Los fabricantes chinos dicen, además, que “…los parámetros y metodologías tomadas… no cumplen con los requerimientos del protocolo aprobado y las normas internacionales…”.
Añaden que los datos el Informe Preliminar de la UPCH “…son incompletos, no cuentan con carácter científico y no reflejan de una manera auténtica y completa el efecto protector de la vacuna”.
Frente a estas contundentes expresiones, quedan como bravuconadas fascistoides las acusaciones de la PCM Violeta Bermúdez respecto a una imaginaria maniobra de desestabilización y hasta el amago de una denuncia penal contra el periodista Beto Ortiz, quien acogió la denuncia del doctor Bustamante.
Más aún, queda demostrado que la investigación de la UPCH se basó en un extraño contrato suscrito con el Gobierno dejando de lado la opinión y funciones del Instituto Nacional de Salud; y que además no se cumplió con verificar si la subcontratista Suiza Lab tenía las condiciones que las normas nacionales e internacionales exigen para este tipo de estudios científicos. Igualmente se echan más sombras sobre el contrato en el que se involucraron indebidamente las instalaciones de laboratorio de la Marina de Guerra del Perú.
Asimismo, cae en pedazos toda la retórica de la indignación presidencial, porque en la denuncia sobre la mala calidad del Informe de la UPCH jamás existió desinformación, manipulación ni supuesta voluntad de dañar a nadie.
Todo lo contrario, el doctor Ernesto Bustamante al acceder a los avances del estudio universitario solo cumplió con alertar al país de la burla virtualmente criminal que estaba en curso respecto de las vacunas de Sinopharm en sus dos brazos, el de Wuhan y el de Beijing.
Todos estos elementos de juicio deben ser tomados en el proceso iniciado contra los doctores Germán Málaga, Pilar Mazzetti y Claudia Gianotti, entre otros.