Si los partidos de izquierda –explosivos, ultras, radicales, violentos, caviares, anti minería, anti ecología, progresistas y modernos- hubiesen tenido mayoría en el Congreso de la República ¿Qué hubiera pasado?
- La Mesa Directiva habría sido impuesta sin ningún representante de las fuerzas opositoras.
- Todas las Comisiones estarían presididas por sus agitadores y propagandistas.
- Se aprobarían compulsivamente leyes de control editorial de los medios de comunicación y control político de los contenidos en la prensa, radio y televisión.
- Desconocerían los tratados internacionales de libre comercio.
- Todos los miembros del Tribunal Constitucional y el Banco Central de Reserva serían removidos por provenir de sectores ajenos al “poder popular” –así se usaría el pretexto-
- Se promulgarían leyes que eliminarían progresivamente la educación privada en colegios, universidades e institutos, presionando bajo la frase “sin fines de lucro”
- El ahorro privado de las personas sería castigado con nuevos impuestos.
- Aprobarían una absurda Ley de reconciliación nacional, a fin de reivindicar el “derecho a participar” en cargos públicos y de elección popular a los condenados por terrorismo.
- Todo lo que signifique empresa privada tendría escalas tributarias crecientes y asfixiantes para satisfacer demagógicamente con ese dinero al Estado –es decir, a ellos, sus bolsillos-
- Promulgarían leyes de límites a la propiedad de las personas.
- Se declararían Días nacionales a fechas de paros nacionales o huelgas que tengan algún significado ideológico “histórico”
- El Perú sería un Estado de sometimiento a toda religión –católica e iglesias Cristianas- a presiones sobre su gestión, economía, administración y costumbres de Fe, prohibiendo entre otras manifestaciones la Procesión del Señor de los Milagros o los cultos evangélicos.
- Darían leyes de nacionalización y confiscación estatal sobre la industria agro alimentaria, pesquera, transporte público y fondos privados de pensiones.
- Crearían por Ley Consejos y Tribunales “para promover la justicia desde el pueblo”
Todo esto, es al inicio y ya se imaginarán el resto del tiempo que tendrían estos degeneradores de la Democracia para envolver en sus imposiciones, arrebatos e intereses de grupo, muchas más limitaciones al progreso, la paz, el desarrollo y la Libertad.
El Perú –en este caso el Congreso de la República- en manos y mentes extremistas no es una posibilidad incierta, es un camino que construyen con sinuosidad y lenguaje subliminal los grupos de una izquierda que estuvo acostumbrada a vivir de condicionantes de campaña o frases de uso publicitario –sólo eso, de uso y no reivindicación con soluciones- como pobreza, exclusión o ausencia de oportunidades.
Pero cuando ésta realidad comenzó a cambiar con más clases medias, inclusión social y estímulo al progreso individual, los rojos se quedaron en el discurso y la realidad los aplastó.
La Democracia es imperfecta –qué duda cabe- pero no por ello podemos caer en la manipulación y la propaganda comunista vestida de traje de seda y fustán con bobos que esconde explosivos para aniquilar libertades.