El Perú experimenta una transformación silenciosa pero profunda: la digitalización financiera ya es un motor de inclusión. Según el informe del BCRP al cierre de diciembre de 2024, los pagos digitales per cápita alcanzaron los 442 pagos por adulto, es decir, más de uno diario. De ese total, los pagos de bajo valor —principalmente billeteras digitales— representan una participación en el crecimiento del ecosistema.
Uno de los impulsores clave ha sido la Estrategia de Interoperabilidad del BCRP. Solo entre Yape, Plin y otras plataformas interconectadas, se generaron más de 165 millones de transacciones adicionales por mes. Además, el número de entidades participantes en pagos inmediatos pasó de 17 a 29 y los comercios con código QR se duplicaron en un año. Estas cifras reflejan un entorno donde el sistema financiero comienza a adaptarse a la realidad de las personas, no al revés.
Pero la verdadera inclusión no ocurre únicamente cuando se puede hacer una transacción: sucede cuando ese acceso es seguro, personalizado y útil. “Por ejemplo, con IA se mejora la atención con servicios más rápidos, personalizados 24/7 y alineados a sus metas financieras; mayor seguridad y protección de sus datos personales, y se reducen los procesos burocráticos gracias a una agilización de los procesos internos”, explica Jorge Iglesias, CEO de Topaz, empresa especializada en soluciones tecnológicas para el sistema financiero.
De acuerdo con Iglesias, esta evolución no consiste únicamente en digitalizar procesos, sino en rediseñar la banca desde el usuario: que los canales digitales sean accesibles, seguros y capaces de generar confianza incluso en poblaciones históricamente excluidas del sistema.
Además, Iglesias sostiene que el éxito de la banca digital inclusiva dependerá de que las entidades ofrezcan experiencias centradas en el usuario, con productos simples, accesibles desde el celular, pero también diseñados para generar confianza y acompañamiento. “La inclusión financiera no se resuelve solo con acceso, sino con cercanía y valor para el cliente”, menciona.
Desde esa visión, el ejecutivo explica que, es importante desarrollar soluciones digitales que permitan a bancos y microfinancieras ofrecer servicios remotos, seguros y adaptables, incluso en zonas donde no existe presencia física. “Su arquitectura modular facilita a las instituciones implementar funcionalidades como apertura digital de cuentas, onboarding remoto, validación de identidad con biometría e incluso microcréditos inteligentes, todo desde una app”, indica.
“No se trata sólo de permitir que alguien haga una transferencia desde su celular. La inclusión ocurre cuando la tecnología se adapta al usuario, genera confianza, resuelve necesidades concretas y lo acompaña. La combinación entre interoperabilidad, conectividad y plataformas centradas en el cliente está marcando el nuevo rostro de la banca en el Perú”, finaliza Iglesias.
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