En Chile, José Antonio Kast logró construir el “voto de la esperanza para todos”, para millones de chilenos (familias, trabajadores, estudiantes, ancianos) siendo un líder humilde, veraz, tenaz y sensato, una voz que representa la unidad y en especial la libertad. Así, logró diferenciarse como un defensor de la gobernabilidad basada en la verdad, el diálogo y el fin del nepotismo y el clientelaje sobre el Estado que se sigue desbordando en los bolsillos y hogares de los chilenos, con impuestos innecesarios e injustificados.
¿Cómo lo describiría? Kast es un “conductor de esperanza” con “mirada firme para la acción” y capacidad para escuchar; alguien que “recibe golpes, aguanta agravios y vence” sin amilanarse. Es un constructor de “cimientos sólidos” para la libertad y la democracia, alejado del “populismo y la demagogia”. Por eso el encabezado de este artículo al mencionarlo como resiliente, patriótico, protagonista de la esperanza y amoroso (hacia Chile). Pero además, supo edificar un liderazgo que une a jóvenes, trabajadores y emprendedores contra la “izquierda irresponsable y carente de sentido de patria”, con un discurso popular y una agenda amplia, coherente y valiente para acabar con el caos y el sustento irracional de los “estallidos violentos”, impulsando un triunfo que constituye -en los resultados- una enorme prueba de confianza ciudadana.
Kast es el señor Presidente de Chile y parte de una “dupla de liderazgos de derecha bien valiente” (con Johannes Kaiser), con “experiencia y conocimiento”, “entrega y verdad”, mensaje “directo, sin decisiones escondidas”.
En general, Minuto Digital news siempre lo ha definido como un faro de estabilidad y patriotismo para Chile en momentos de crisis y vaya que los momentos de crisis para los chilenos ya se hacían parte de la historia que había que frenarse, porque el retroceso económico, educativo, previsional y social era espantoso, en una muestra incomprensible de estancamiento provocado desde los gobiernos de las incompetentes izquierdas y desde la pasividad de momentos de indecisiones en los que a falta de conducción con energía, las izquierdas del odio hicieron “estallidos de violencia” que apuntaban a animar a sus cuadros a movilizarse contra democracias débiles e indecisas.
Chile se va a reivindicar consigo misma. La política tiene que rehabilitarse ante los chilenos, para que no salgan otra vez los comunistas y toda la suma de sus cárteles del odio a destruir lo que se avanza, a estancar lo que está funcionando, a retroceder en los valores, principios y virtudes de un país que tiene con José Antonio Kast la posibilidad de borrar el pasado vergonzoso, para recuperar la historia que lo puede engrandecer nuevamente, como está ocurriendo en Argentina, Paraguay, Bolivia, Ecuador y próximamente en el Perú.
Vean esa potencia regional que tiene todo para unirse y ser un contrapeso comercial y político de inmenso valor.
El camino que José Antonio Kast va a iniciar como Presidente de Chile, es el de un reto inmenso, propio de quien hace de cada día su agenda de liderazgo y servicio transparente, con eficiencia y honestidad. Enhorabuena Chile.

