Son impresionantes las imágenes del volcán de Palma de Canarias que sigue en erupción con explosiones y emanaciones de lava que destruyen a su paso todo lo que encuentran. Son millonarias las pérdidas.
Muchos pobladores han perdido casi todo y no se puede hacer nada. Incluso hay llegado turistas para ver como la naturaleza destruye todo y el ser humano no tiene recursos para frenar a la colada destructora.
En pocos días se destruyó lo que costó años en construir, con el esfuerzo y el talento de las personas que pusieron su ilusión en esas tierras, para vivir y proyectar en ellas su futuro.
Es muy penoso ver que se destruye lo que se construyó con tanto cariño y esfuerzo.
La destrucción de los hombres
Más penoso es cuando todo se destruye, no por la furia de la naturaleza, sino la maldad ser humano.
¡Cuántas construcciones edificadas para dar gloria a Dios han sido destruidas en la tierra por los enemigos de Dios!
La historia cuenta las atrocidades que ha hecho el ser humano contra otros seres humanos en situaciones de guerra con grandes matanzas, torturas y ejecuciones de personas buenas e incluso santas. La Iglesia está llena de mártires.
Hoy contemplamos ideologías de odio que por donde han pasado solo han dejado destrozos y muertes.
La ignorancia es el peor de los males
Los enemigos de los seres humanos engañan miserablemente a la gente más pobre y sin recursos inyectándoles odio y prometiéndoles “riquezas” a cambio de un apoyo incondicional a causas inmorales y destructoras.
La colada destructora de la inmoralidad avanza sin piedad ante la mirada atónita de los que nada pueden hacer, cuando los que podrían hacer algo están dormidos o no se dan cuenta de la gravedad a que se exponen con una colada destructora que avanza sin piedad aniquilándolo todo. El que pueda entender que entienda.