La creciente crisis moral y política de los caviares, señal de sepultura

"Van cayendo las oenegés y centros de adoctrinamiento del odio, van cayendo los telones de la vida lujosa de las izquierdas del odio"

Los caviares inventaron un estilo de vida y reinado: “el no trabajo, pero cobro del Estado”; en este modo de creer que la verdad es el pensamiento que ellos generan, dominaron la escena nacional colocando bombas y amenazas políticas incendiarias a cada gobierno, del que absorvían ingentes recursos mediante la colocación de sus huestes en cargos públicos, también desplazando presupuestos hacia ellos en eso que llaman “consultorías y asesorías múltiples” e inventando un sinnúmero de formas atropelladas de succión que nunca acababan hasta que por fin, se fue develando el sistema de financiamiento de su supervivencia, pero quedaba un faltante, algo que no cuadraba…¿Cómo les hacían caso, porqué?

La respuesta tardó en encontrarse, porque fue necesario que entre ellos mismos -los caviares- se vayan traicionando por más dinero y más privilegios, para saber que son los administradores y manipuladores de los equipos de interceptación del servicio de inteligencia paralelo. Y es así que extorsionan, presionan, pechan, chantajean, compran favores en diversos medios de comunicación que “viven del dato y de las grabaciones” muchas de ellas, editadas, adulteradas o manipuladas al antojo de estos operadores mediáticos y sicarios de la desinformación.

Nunca pensaron que serían descubiertos, jamás creyeron que deberían tener un Plan de Respaldo ante cualquier riesgo. Y no lo hicieron ni lo pensaron, porque se sentían amos y dueños de la realidad, usando a su antojo ese poder sucio y cobarde, que estaba unido a sus agentes en la judicatura, desde donde les daban y siguen dando “el otro respaldo” de manejo del poder oculto.

Chuponeo, adulteración, siembra de pruebas, escándalos armados para el daño público, procesamiento a la medida de las prisiones preventivas y largos, muy largos procesos sin sentencias…porque en todo ese viaje criminal, corre el dinero y las tarifas, pedidos y favores van en aumento.

¿Saben cuántas personas sufragan, están suscritas, aportan voluntariamente a esa oenegé que pinta la máscara de la ideelización periodística? Ni una. ¿Entonces de qué viven? Del delito, no podemos opinar nada distinto.

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