La Oficina de Normalización Previsional (ONP) es la empresa pública -encargada del sistema nacional de pensiones- que acumula los mayores déficits en el Estado y tiene una obligación previsional que supera todo cálculo posible de cumplir al superar los S/. -100,000 millones de soles de acuerdo a nuestros cálculos.
Los aportes a la ONP efectuados por los trabajadores afiliados a esa empresa estatal cubren apenas una parte de su presupuesto requiriendo cada año de millonarias transferencias del Tesoro Público. Es decir, se cubre algo y se “financia” mucho con más impuestos que salen de los reducidos recursos de todos los ciudadanos, pero en especial, de los mismos trabajadores aportantes, para que decenas de miles de ellos no reciban nada.
Al 2011, para poner un ejemplo nada más, la ONP tenía un Patrimonio negativo de S/ -51,000 millones y calculamos que al 2018 ya estaba superando los S/. -90,000 millones, lo que resulta escandaloso e imposible de pagarse.
Es más, el número de trabajadores afiliados a la ONP creció del 2010 al 2013 en 50% pero sus ingresos sólo aumentaron 6% lo que deja un margen crítico de necesidad de ingresos. Y de allí el “estímulo” a la incorporación de afiliados, sin existir en los hechos algún respaldo, fue meter y meter trabajadores sin su consentimiento hasta hacer explosiva dicha afiliación, y así se iba financiando una parte de los pagos en cuenta. Usaron la buena fe de miles de trabajadores para también, emplear irregularmente sus aportes en otros destinos.
Por esta terrible administración, del total de aportantes a la ONP 2/3 no recibirían pensión de jubilación porque no lograrían completar por lo menos 20 años de pagos debidamente comprobados (240 boletas de pago que demuestren haber sido efectuadas en las cuentas de la ONP) y además, por la inestabilidad en la secuencia laboral, se generan vacíos de aportes o lagunas previsionales, lo que condena al trabajador a aportar 10, 15 o algunos años más sin adquirir derecho a una pensión por el tiempo aportado, ni siquiera en forma proporcional y digna (esa es otra ventana cerrada, la dignidad).
Observen algo importante: Más de 100 millones de documentos no han sido digitalizados en la ONP por lo que sus procesos (data incompleta) representan entre 1 a 3 años de gestiones por expediente, en su mayoría con el resultado de “denegado”. Por eso los efectos judiciales y las grandes desiluciones convierten a la ONP en la entidad con más quejas en la Defensoría del Pueblo.
Se calcula que más de ciento veinte mil expedientes de procesos legales previsionales y no previsionales están en trámite judicial y no se tiene data actualizada verificable del estado de cada caso y el valor que correspondería pagarse (no existe tampoco provisión o fondos suficientes de reserva para el pago de cada contingencia)
La ONP debe transferir a cientos de miles de trabajadores sus Bonos de Reconocimiento por los pagos hechos en las cuentas estatales por muchos años, pero la ONP no tiene recursos para pagarlos, por eso deniega respuestas positivas a muchos trabajadores o demora injustificadamente la respuesta, aumentando la angustia de perder el bono o dilatar el cobro de la pensión.
Ante esta realidad el gobierno actual, como el anterior, y el que lo precedió, y los demás que pasaron, nunca tomaron decisiones como las que volvemos a proponer:
- Debe cerrarse el acceso a nuevas afiliaciones al sistema nacional de pensiones ONP.
- Tiene que establecerse un Comité de Administración y cierre de la ONP para su progresivo cambio de sistema de reparto por uno de cuentas individuales, bajo otro esquema de gestión.
- Debe reabrirse el mercado para que exista Libertad de elección y libertad de contratación, sin que existan monopolios promovidos por el Estado. Uno debería porder afilirse donde desea, no donde se le impone.
El sistema nacional de pensiones, se encuentra en estado crítico financieramente y es un delito permitir que los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, paguen por algo que nunca van a recibir en la empresa de pensiones del Estado.
En la ONP se aporta mensualmente, para que ese dinero inmediatamente sea trasladado a una cuenta corriente de pago de los actuales pensionistas, pero sólo cubre una parte del presupuesto de pagos para pensiones, requiriendo millonarias transferencias cada año, por lo que resulta insostenible el sistema nacional de pensiones si se sigue recibiendo afiliaciones.
Además, si la longevidad aumenta en el Perú y un 40% de trabajadores son despedidos, cesados o invitados a renunciar a los 50 años de edad en promedio ¿Cómo o de dónde van a pagar por algo que jamás recibirán en la empresa de pensiones del Estado?
La crisis de la ONP es una crisis de decisiones y aunque suene incorrecto, es necesario cerrar la ONP comenzando por impedir nuevas afiliaciones al sistema nacional de pensiones.