Muchos dicen que la crisis energética que vivimos la está causando Rusia por su invasión a Ucrania. La realidad hay que mirarla en forma completa, con sus antecedentes y no por espacios limitados, para así darnos cuenta que los precios comenzaron a subir con fuerza desde que Joe Biden asumió como Presidente de los Estados Unidos.
En este artículo consideramos interesante analizar cómo se han movido los precios, partiendo de la siguiente frase: “Nunca desperdicies una crisis”, cuatro palabras en las que supuestamente se iba a inspirar toda la política del presidente Biden, pero que ahora parecen ahogar la economía y ltambién la política americana.
Según las estadísticas, el precio más bajo que ha tenido la gasolina en los USA fue en 1998, cuando en promedio costaba $1.03. Curiosamente, Bill Clinton era presidente pero no prohibió la producción de crudo en su país. Los precios comenzaron a subir en el 2009, cuando entró Barack Obama, llegando a $3.62 el promedio para el 2012. En cambio, con Donald Trump bajaron significativamente a $2.14 y se mantuvieron entre ese precio y un promedio de $2.72 y según datos de la Administración de Información de Energía, los precios de la gasolina cayeron en picada durante el último año de la presidencia de Trump, sumando a varios factores que incideron en ello, la reducción de la demanda por la efectos de la pandemia del Covid19, cuando alcanzó un mínimo de US$1,93 por galón en abril de 2020. Sin embargo, se volvió a nivelar en su precio cuando asumió Joe Biden (el precio era de $2.17).
Según la Global Petrol Prices,
https://www.globalpetrolprices.com/gasoline_prices/ el precio promedio mundial de la gasolina es de $1.29. Las razones por las que varía tanto de país a país y suben los precios son: impuestos y subsidios locales, y obviamente, los productores tienen precios más favorables que aquellos países que dependen de la importación. Es así que al 7 de marzo de 2022 Hong Kong tenía el precio promedio más elevado $2.83 y Venezuela el más bajo $0.25 el litro.
Según la misma fuente, el gas natural en esas fechas oscilaba en promedio entre $0.001 en Irán, $0.004 en Rusia, $0.039 en Estados Unidos y $0.176 en Brasil el kWh. El promedio mundial era de $0.059 para viviendas y $0.046 para las empresas el kWh.
En Estados Unidos, por información de la US Energy Information Admistration
https://www.eia.gov/todayinenergy/detail.php?id=46376 los precios del gas natural medidos por MMBtu eran de aproximadamente $17.90 en el 2006, saliendo Bush y entrando Obama. Cuando salió Obama y entró Trump eran aproximadamente $4.00. Trump le entregó a Biden la presidencia con un precio de menos de $2.00. Es decir, bajaron los precios permitiendo a las familias tener más dinero en sus presupuestos.
El gas natural con Biden llegó a $6.31 en octubre de 2021, cuando no había guerra en Ucrania, y para el 4 de marzo de 2022 estaba en $5.02 el promedio. Por más que el New York Times y todos los medios de comunicación insistan que no es así, insistimos, de nuevo: la matemática no miente y la mayoría de personas no son amnésicas, miran sus bolsillos, sus necesidades, sus gastos… y comparan.
Para el 20 de agosto de 2020 el precio promedio en Estados Unidos estaba en aproximadamente $2.25 el galón. En enero, justo durante los días de la inauguración, cuando se supo que Biden rompería su acuerdo de no dañar la industria petrolera (fracking), los precios empezaron a subir a aproximadamente $2.45 el galón como consecuencia del cierre del oleoducto Keystone. Para marzo estaba en $2.80, justo cuando anunció su pésimo plan de “estímulo” económico.
Cuando sacó su plan de impuestos el 28 de abril de 2021, subió de nuevo a $2.95 aproximadamente. El precio siguió subiendo sistemáticamente. El 11 de agosto que pasó su nefasto presupuesto general de la nación, subió nuevamente a $3.25. Siguió subiendo y cada vez más. Para noviembre de 2021 el precio estaba en $3.50 el galón. En todo ese tiempo, no había guerra en Ucrania.
Para marzo de 2022, a consecuencia de la política energética de la Administración Biden, la inflación se hace sentir con fuerza para los consumidores. Para que se entienda mejor: la inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios, en especial de los que cada familia encuentra para su alimentación diaria por ejemplo. Así, los huevos subieron 11.4%, la carne molida 13.6%, la comida de bebés 8.4%, la leche 12.4%, el tocino 18.8%, el café 10.5%.
El Diario El País tituló esta crisis de la siguiente manera: “El precio de la gasolina, alimentos y alquileres dispara la inflación en EE UU hasta el 7,9%, la mayor tasa en cuatro décadas. Es el quinto mes consecutivo de lecturas anuales del IPC por encima del 6%”
Todo esto, queridos lectores, comenzó sin que hubiera guerra en Ucrania, así que vayamos viendo el impacto adicional.
En América Latina, la escalada de precios nos está provocando serios problemas porque debemos añadir un hecho que se olvida rápidamente: la mediocridad e ineptitud de una gran parte de los gobiernos, ahora mayoritariamente de tendencias izquierdistas, que suma un efecto, un impacto adicional porque la mala gestión de la economía no se cubre en estos escenarios con más impuestos o con deudas impagables -pero altamente comisionables por los operadores financieros-, sino con una adecuada gestión y administración de recursos, instrumentos y oportunidades.
Hoy en día están disminuyendo las exportaciones de nuestros países a Estados Unidos y otros centros de captación de productos tradicionales y no tradicionales en los que América Latina iba logrando conquistar en su cartera de negocios, hoy en día aumentan los costos de las mencionadas exportaciones por el alza en precios del transporte marítimo, aéreo y terrestre, y en sentido adicional, las remesas bajan porque los migrantes nuestros -residentes en ese país-, tienen menos recursos porque les toca pagar más por todo lo que consumen y necesitan debido a la inflación.
Se calcula que cada inmigrante que enviaba a sus familias en sus países de orígen 100 US en un mes, ahora apenas lo hace con 40 US en ese mismo período, porque si le suben los costos de vivienda, calefacción, transportes, alimentos y medicinas en los USA, su margen de ayuda a la familia que espera ese capital para educación o subsistencia se ha reducido y sigue achicando aún más con el paso del tiempo y ahora, con el impacto de la guerra.
Así que si hay crisis en el norte, hay doble crisis en todo el Hemisferio. Una por el efecto del estornudo USA y la segunda, por nuestra propia pandemia de corrupción e impunidad en el ejercicio de los gobiernos.