Una locura lo que sucede en el Perú, con un Ministro de Economía que no existe, que no habla bien, que no sabe nada, que se esconde, que yerra en todo y que dice, como sus demás colegas del gobierno, que está haciendo “cosas buenas”, pero lo que resulta cada día, es cosas malas, daño, perjuicios, inestabilidad, estancamiento y retroceso.
La economía es manejada al champazo, con brutalidad profesional, inmersa en el enredo permanente y sometida a la soberbia innegable de la ignorancia y todo eso, es inaceptable para mantener no solo a un ministro de economía que humilla todos los días a los más pobres, a las clases medias sobrevivientes y a los emprendedores en especial, sino al actual gabinete en su conjunto, muy mal presidido, carente de una agenda que se cumpla y que sea transparente. En esas condiciones, lo único sostenible es el fracaso.
No solo estamos en recesión, sino que el estancamiento de los motores de la economía produce en las familias el estancamiento de sus vidas en el día a día, en sus pequeños negocios, en sus esfuerzos. No es apatía, están condenados 9 de cada 10 peruanos a perder sus ilusiones, así como han perdido sus pocos ahorros más de tres millones de afiliados a las AFP que junto a los que todavía tienen un Fondo para sus jubilaciones, están nuevamente expuestos a perder todo, por la ineptitud de los que gobiernan y de los que legislan, porque ambos, el gobierno y el congreso, lo hacen contra el pueblo, contra el Perú.
Estamos debajo de un manto de maldad que aferrada a un poder temporal, miente, inventa mentiras, produce mentiras, se obsesiona en las mentiras y nos conduce por ese sendero oscuro de la mentira.
Nuestra economía, como país, aguanta pero no por políticas de Estado, sino por nuestra Constitución que parece ser la protagonista de la supervivencia y por eso se la quieren bajar, desde el gobierno, desde el congreso y desde los grupos extremistas que juegan a la lotería política.
El Perú no va a mejorar con este gobierno ni con ese congreso, como tampoco puede seguir con una ciudadanía callada y sumisa que ha abandonado su rol de protesta, de ideas y de propuestas. No podemos seguir mirando de costado, porque los buitres de la Libertad están al acecho.
La economía, como la vida, no se escriben en recetarios de cocina.
Imagen referencial: Libro “El recetario mágico” (imagen alusiva no relacionada con el contenido del artículo).