Las células de Perú Libre y sus aliados (CONARE) Comité Nacional de Reorientación y Reconstitución del Sutep, (MOVADEF) Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales, Partido Comunista del Perú – Patria Roja, Frente Patriótico de Antauro Humala, (MAS) Movimiento al Socialismo de Gregorio Santos, Frente Nacional Nativista de Virgilio Acuña Peralta y el Movimiento Regional País del actual congresista Lenin Bazán Villanueva, son los principales alfiles que cuentan con peones regionales que se suman ocasionalmente, pero son en realidad personas que agrupan seguidores del que financia el movimiento y solamente pretenden alcanzar un nivel de gobierno local, provincial o regional, aunque cuando lo logran, se autodesignan hacia niveles congresales o la propia presidencia del Perú.
Así en Arequipa, han logrado aminorar la conflictividad porque no es conveniente “acelerar el proceso” moviéndole el piso a Elmer Cáceres Llica, un aliado que financió parte de la campaña de Castillo. Tampoco es prudente por ahora, salvo que cambien las condiciones, que las agrupaciones de izquierda hagan muchas revueltas, porque no hay cuadros visibles para el recambio en distritos y la región, ese es un flanco que los encuentra debilitados y debería promover un mayor esfuerzo de grupos democráticos en la sociedad civil para tener una baraja de nombres como alternativa popular de gobiernos locales, provinciales y regional para lograr sacar de escena a los comunistas y sus aliados disfrazados de izquierda moderada o progresista.
Por eso es importante revisar el antecedente electoral y no dejarnos llevar por una marcha o varias portestas donde no se movilizan más de cinco mil personas. Observemos por eso que en Arequipa, Castillo obtuvo dos de cada tres votos válidos logrando el 64.8% frente al 35.1% de Keiko Fujimori.
Este respaldo fue contundente en las ocho provincias del departamento. En siete de ellas Castillo ganó, y en tres obtuvo más del 80% de la votación: Caylloma (86%), Condesuyos (81%) y La Unión (86%). A nivel distrital, el escenario se pintó mucho más rojo. De 109 distritos, Castillo venció en 97 y obtuvo en muchos de ellos, nueve de cada diez votos.
La coyuntura está muy “apaciguada” porque el margen de protesta y movilización sólo sería posible ejercitarlo contra las empresas privadas grandes, como las mineras, Gloria, Yura y algunas otras de ese nivel de “antipatía” (manipulación contra las mismas) pero no a nivel regional (las restantes) en otras palabras, es imposible que una protesta contra una minera paralice la región, pero en sentido contrario, una protesta contra Castillo y su gobierno sí serían efectivas y causarían un dolor de cabeza irreparable, ya que las responsabilidades de agua potable, colegios, salud (hospitales, vacunas, etc) están en manos del gobierno central, el regional y las municipalidades, todos (prácticamente el 90%) del mismo o similar grupo de izquierda aliado de Castillo y Cerrón.
La etiqueta “Perú Libre” contagia a todos los demás grupos de izquierda, asi sean movimientos o candidatos independientes pero de izquierda. Eso se debe explotar y magnificar para voltear el pensamiento de la ciudadanía y así, poner un muro de contención a cualquier intento de agitar sectores radicales contra empresas o inversiones privadas.
El temor de Castillo y sus huestes es perder Arequipa, algo que puede ocurrir si por ejemplo, Hernando de Soto fuera candidato al gobierno regional en una amplia coalicion democrática. Y además, es importante resaltar la voz del Arzobispo de Arequipa, Monseñor Javier Del Río, que no se calla frente a las izquierdas y es un gran promotor de la libertad de empresa y la familia (este es otro tema sensible al gobierno).
La Macro Región Sur, bajo esta explicación, es débil por haber ganado Castillo abrumadoramente en las elecciones pasadas pero, es fuerte funcionalmente porque sabe elevar el resentimiento a su máxima expresión y no es Arequipa quien la lidera, sino Puno, con más de 50 organizaciones que agitan convenientemente protestas y, es necesario mirar a Moquegua, un espacio geográfico plagado de corrupción bajo el Cártel de Vizcarra, la mafia que escaló a nivel nacional y que en unión al Cártel del Amazonas (Amazonas, San Martín, Loreto) dispersó funcionarios públicos que lograron hacer de la impunidad el reino del poder político.
En ese contexto, ganar elecciones no siempre reditúa beneficios a corto, mediano y largo plazo y esa esa la opción de quienes están en el sector pro democracia.