Es extraño, pero en los tiempos actuales, nos estamos acostumbrando ver encargos y responsabilidades en algunos sectores de gobierno, lejanos de lo requerido.
Así, entendemos mejor el fracaso absoluto en la lucha contra la delincuencia, el maquillaje de lo que pasa a diario, huir de las responsabilidades directas, los supuestos avances sobre una realidad que contradice la ineficiente gestión, en una tarea urgente de seguridad ciudadana.
Qué lástima que la soberbia y el mirar por encima de la realidad se haya vuelto costumbre en un tema tan sensible, donde la vida de todos los peruanos está a merced no sólo de los delincuentes, sino de autoridades que no hacen el trabajo para el cual se les entregan miles de millones de soles y recursos que no saben utilizar.
Lo peor de todo, es que no tienen aprecio por una institución como nuestra Policía Nacional del Perú.
Por eso, cualquier cosa se puede esperar, como decir que saldrá una nueva camada de policías.
No señor, no son una camada, son seres humanos, se trata de Policías peruanos y merecen total respeto, ahora y siempre.