Ya no es un secreto, ha quedado declarado desde los ministros de estado que la ideología de género es una obsesión que los impulsa sobre cualquier otra política pública para cumplir su ciclo de adoctrinamiento en los niños y jóvenes peruanos.
No se trata de opiniones sino de decisiones de gobierno, pésimas decisiones por cierto. Y de paso, no nos sorprende la estrategia de presión en medios de comunicación y en las redes sociales, aunque a los medios ya poco se les cree y en las redes, como que no se sostienen los promotores de la absurda ideología de género, porque ese es un terreno donde la pelea está bien sostenida por cientos de miles de padres de familia, sobre todo muy jóvenes, rechazando el atropello que desde el estado se pretende imponer contra la libertad de educación y contra el libre desarrollo de la personalidad de los niños.
Ya no es tiempo de discutir si es así o de que nueva tonalidad roja se presenta la ideología de género. Ya no es tiempo de demostrarles con más argumentos a los extremistas del gobierno o a los radicales de la izquierda comunista que están errados, porque lo están de principio a fin y son incorregibles en su fanatismo, en su intolerancia y odio.
Si creen que vamos a permitir más abusos…