El cardenal Álvaro Ramazzini, obispo de la diócesis de Huehuetenango, Guatemala, respondió al dictador nicaragüense sobre las infundadas acusaciones contra la Iglesia Católica, a la que Ortega calificó de “dictadura perfecta”.
El Cardenal aclaró, en un vídeo, que “la Iglesia tiene una estructura jerárquica dentro de la cual hay un orden, y este orden se respeta para facilitar que las relaciones entre todos los miembros de la Iglesia, desde el Papa hasta los fieles laicos, puedan desarrollarse en un espíritu de respeto mutuo”.
El cardenal Ramazzini espera que su explicación sobre el funcionamiento de la jerarquía católica pueda “ayudar a aclarar ideas, porque no hay nada peor que decir verdades a medias”.
“No se trata solo de decir ‘soy católico’”
Daniel Ortega en su ataque dijo que se considera católico, pero que no se siente “representado” por la jerarquía de la Iglesia católica.
El religioso subrayó que “no se trata solo de decir ‘soy un presidente católico y por eso meto preso a un obispo por acusarlo falsamente’. Soy un presidente católico y por lo tanto persigo a la Iglesia de la que soy miembro porque soy católico”.
Monseñor Ramazzini señaló que esta acción de Ortega “es propia de los dictadores”, pues buscan “encontrar actitudes y acciones dictatoriales” para convencerse de que lo que están haciendo es normal o justificado.
“Señor Presidente Daniel Ortega, si usted es católico, yo, como Obispo de la Iglesia Católica aquí en Guatemala, espero que usted respete la libertad religiosa, la Iglesia Católica y el ordenamiento de esta Institución, fundada por Nuestro Señor Jesucristo”, caso de lo contrario “dudo mucho que sea una persona católica”.
Después de decirse católico, afirmó que la Iglesia era “la dictadura perfecta”
Daniel Ortega, aquel que a través de sus agentes encarceló y descabezó en los meses previos a las ‘elecciones’ a todo líder opositor, el que expulsa a las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta que cuidaban de ancianos, que hizo exiliar a un Obispo y ahora tiene secuestrado a otro, ha acusado a la Iglesia de ser una “dictadura”.
El que cuando consiguió el control del legislativo reformó la Constitución para poderse reelegir y eternizarse en el poder, el que expulsó al embajador del Papa sin el menor formalismo, dijo el miércoles pasado en el 43º aniversario de la policía que la iglesia era una “dictadura perfecta”.
Para el demócrata Ortega la Iglesia no puede referirse al gobierno de un país: “¿Desde cuándo los curas están para dar golpe de Estado y desde cuándo tienen autoridad para hablar de democracia?”, dijo.
“¿Quién elige a los curas, a los obispos, al papa, a los cardenales?, ¿Cuántos votos?, ¿Quién se los da?”, continuó.
Ortega, que volvió a autocalificarse de católico en un país que sí lo es mayoritariamente, dijo que en la Iglesia “todo es impuesto, es una dictadura, la dictadura perfecta, es una tiranía, la tiranía perfecta”.
La historia terrible de la Iglesia según Ortega
Ortega también se atrevió a darle clases de catolicidad al Papa: “Le diría a su santidad, el papa, con todo respeto, a las autoridades de la Iglesia Católica, yo soy católico, que como católico no me siento representado por todo lo que conocemos de esa historia terrible, pero también por el hecho que lo oímos hablar de democracia y no practican la democracia”, aseveró.
Las repercusiones de estas declaraciones de Ortega han sido mundiales y las reacciones no se han hecho esperar, por ejemplo la de Mons. Silvio Báez, nicaragüense exiliado en la Florida, en la que además lo tilda de ateo:
“¡Cuanta ignorancia, cuánta mentira y cuánto cinismo! Un dictador dando lecciones de democracia; alguien que ejerce en forma ilegítima el poder, criticando la autoridad que Jesús otorgó a su Iglesia; alguien que es ateo, lamentándose de no sentirse representado por la Iglesia”, escribió Mons. Báez en su cuenta twitter.