Cuando un presidente se reúne o se acerca a la Iglesia católica, se le condena si es que los jerarcas de esos momentos tienen opiniones de coyuntura o comentarios que difieren de los gobiernos –nacional, regionales o municipales- relacionados a temas de valores, de principios o de moral que evidentemente están contrapuestos con la prédica de la Fe. No puede hablar con sus “opositores”, dicen.
Cuando un presidente se interesa o se siente cercano a lo controversial de una iglesia que se pierde en lo intrascendente, que piensa en lo político y en la política, los medios de comunicación tan ávidos de esas posiciones que animan el lucro y el escándalo, lo purifican, convierten en santos a los que sin sotana, agreden principios, valores y tradiciones. Es bueno el diálogo de los conversos de ahora, también dicen.
Tenemos dos Cardenales, no uno. Para coincidencias, uno se llama Pedro y otro es Juan. Uno el que coincidentemente negó, otro que coincidentemente imprimió el compromiso del bautismo. Pero cardenales al fin, son hermanos aunque uno lo niegue con sus actos, sus palabras y sus temores.
Les comento esto porque mañana habrá un Seminario sobre “Políticos Cristianos frente a los desafíos globales” que acertadamente organiza la Fundación Konrad Adenauer de Alemania, de la cual, fui Becario hace muchos años y con la cual, mantengo una amistad respetuosa.
El Perú es un gran laboratorio de experiencias y encuentros, también desencuentros, qué duda cabe.
Para mí, la iglesia católica ha perdido protagonismo y ha cedido gran parte de presencia, no de protagonismo, en favor de otras iglesias cristianas, que unidas bajo un mismo inicio, por lo menos no se pierden en tareas comunes como la Defensa de la Vida y la Familia.
Lo paradójico de todo esto es que los católicos comandados por uno de los cardenales, se están olvidando de la defensa de la vida y de la familia, para dedicarse a la defensa del gobierno y los gobernantes.
¿Veremos que va a suceder o estaremos dispuestos a recuperar el liderazgo? Esa es la tarea y para eso, no se necesita un cardenal a la izquierda.